5 películas que confirman el refrán «Con amigos así ¿Quién necesita enemigos?»

La gente dice que tengas a tus amigos cerca y a tus enemigos más cerca, ¿pero qué si tú mejor amigo y tú peor enemigo son la misma persona?

En ocasiones, hay una línea muy delgada entre los dos conceptos. Según un refrán «en cada amigo hay un enemigo potencial» y es que conocer las virtudes pero también los puntos débiles de nuestros amigos puede resultar un arma para usar en su contra y por muy diversos motivos pueden surgir enemistades de lo más peligrosas.

También esto se vive en el cine. Una buena película sobre amistad habla de la camaradería entre dos o más personas, pero así como el bueno que se convierte en malo, o el malo que se redime al final de la historia, también hay amigos que se convierten en enemigos. Y por eso, hemos recopilado una lista de películas de terror sobre grandes amistades que se convierten en todo lo contrario.

CUJO

Empezamos con una cinta que dio una vuelta de tuerca al subgénero de terror animal haciendo que el animal asesino sea el mejor amigo del hombre: un perro. Y, para colmo, uno con pinta de bonachón simpático, un San Bernardo.

Cujo es un nombre ya sinónimo de perro peligroso y malvado. La actuación del perro (y son varios perros más un hombre disfrazado los que se usaban aquí) es muy eficaz, así como la dirección. Pero la gran revelación es el niño (Danny Pintauro), una actuación magistral por un novato de tan solo seis años que aún no sabía quién era el jefe.

La película también sorprende porque, a pesar de ser hecha hace tanto tiempo, no se siente fuera de lugar en ningún momento. Es una cinta muy bien hecha con una trama sólida y sin desperdicio, con muchos momentos de tensión efectivos, aun sabiendo cuando llegarán.

 

 

TUMBA ABIERTA

Danny Boyle (TRAINSPOTTING, 28 DÍAS DESPUÉS) debutaba con esta entretenida comedia negra que tiene la misma y tanta personalidad que una película gore, pero no se acerca a ese género.

Relatando una sencilla historia sobre tres amigos que comparten piso en la zona de Park Circus y cuyas vidas cambiarán para siempre con la llegada de Hugo, un nuevo y misterioso inquilino que acaba muriendo por sobredosis, la cinta está compuesta por muerte, violencia, comedia negra, el significado de la amistad, la locura, líos con bandas criminales y personajes enigmáticos, divertidos y traidores.

En resumidas cuentas, TUMBA ABIERTA no sólo es considerada ahora una película de culto, sino que junto con TRAINSPOTTING, son dos de las obras que revitalizaron, de algún modo, la creación cinematográfica británica de aquella época.

 

LA CÁMARA SECRETA

Pasando por festivales tan reconocidos como Sitges y Fant Bilbao, la realidad no es lo que parece en este pequeño thriller psicológico de Marc Evans (TRAUMA).

La cinta sigue a un grupo de voluntarios que aceptan participar en un “reality show”en Internet que consiste en vivir juntos en una casa escondida en medio de un paisaje nevado. Las reglas son sencillas: aguantar dentro de la casa durante seis meses para cobrar un millón de dólares, pero si alguien se marcha, todos se van a casa sin un céntimo. El grupo forma una amistad más o menos amena y todo parece ir sobre ruedas hasta que una serie de eventos siniestros comienzan a suceder, sembrando miedo y paranoia entre los concursantes, dejándoles con la decisión complicada entre abandonar la casa y enfrentar la sorpresa que les puede estar esperando fuera o seguir jugando al malsano juego como conejillos de Indias en un laboratorio de lo más macabro.

 

MEAN CREEK

Originalmente concebido por el director Jacob Estes en 1996/1997. En esa época, el cineasta sentía que había muy pocas cintas sobre niños que lidiaban con tragedias y traumas, un género que a él siempre le había encantado tanto de niño como de estudiante de cine.

Más bien un drama pero con una trama que aborda una historia aterradora, MEAN CREEK nos traslada a una pequeña ciudad de Oregón donde un grupo de jóvenes de diversas edades emprende un viaje en bote a través del río para celebrar el cumpleaños de uno de ellos. Lo que el resto de jóvenes desconoce es que Sam y su hermano mayor Rocky han planeado una venganza contra otro de los jóvenes por meterse continuamente con el pequeño Sam. Cuando el bote y el plan se ponen en marcha, nadie podrá prever las sorpresas y los sucesos que están por llegar. Lo que pudo haber sido una historia sencilla y predecible se convierte en una cinta devastadora sobre decisiones morales y sobre saber decir basta ante la presión de tus cercanos.

 

COHERENCE

En su debut como director, James Ward Byrkit logra confundirnos (en el buen sentido) con su cinta metafísica COHERENCE que rebosa de ideas enigmáticas, y tiene esa cosa que siempre esperamos cuando vamos al cine: el elemento sorpresa.

Rodada en secuencia, en un solo lugar y con un presupuesto muy, pero muy limitado, COHERENCE cuenta la historia de un grupo de amigos en Estados Unidos que deciden reunirse para cenar y observar juntos un cometa. Una de las asistentes a la cena recuerda la famosa historia de cómo los habitantes de un pueblo en Finlandia se quedaron completamente desorientados cuando pasó la anterior cometa. De repente un cometa puede divisarse en el cielo azul quedando atónitos el resto de comensales. Nada vuelve a la normalidad y los personajes parecen salidos de sus casillas. Lo que parecía una fantasía se convierte en realidad ¿Y si esta historia volviese a repetirse?

Explorando la paradoja de Schrödinger – un experimento imaginario concebido en 1935 por el físico austríaco Erwin Schrödinger para exponer una de las interpretaciones más contraintuitivas de la mecánica cuántica – la película nos pregunta si realmente sabemos de lo que somos capaces. Y basándonos en los eventos representados en COHERENCE, parece que somos capaces de mucho más de lo que podríamos y lo que deberíamos pensar…