5 joyas del cine de terror NO bañadas en sangre

Sin lugar a dudas, el cine de terror siempre ha tenido un gusto especial por el derramamiento de sangre pero también nos ha regalado una gran dosis de proyectos que nos ponen los pelos de punta sin necesidad de recurrir a impactos visuales basados en lo grotesco.

En este último caso, estas películas optan por emplear una atmósfera tenebrosa para crear el suspenso, en vez de sacarle las entrañas a los personajes para suscitar incomodidad. Y la verdad es que las cintas de terror se hacen cada vez más refinadas hasta convirtiéndose en foros artísticos para debatir cuestiones culturales que apenas se tocan en otros sectores de la sociedad.

Teniendo esto presente, vamos ahora con algunos ejemplos de películas que lograron generar verdadera tensión entre el público sin recurrir a sangre, tripas y violencia sin sentido.

¿Estáis preparados? Llegó la hora del terror sin salpicaduras de sangre…

LOS OJOS SIN ROSTRO (1960)

Esta adaptación cinematográfica basada en la novela de Jean Redon y dirigida por Georges Franju es un oscuro y retorcido relato cinematográfico que reflexiona sobre la belleza, la muerte, y el papel vital que juega la cara como eje de nuestra personalidad pero también como máscara para esconder nuestra identidad.

Cuenta la historia de un brillante y desquiciado neurocirujano, el Doctor Génessier, que rapta chicas con el fin de utilizar su piel para reconstruir la belleza de su hija, destrozada por un trágico accidente de coche del que él se siente culpable.

Lo cierto es que la cinta surgió como una anomalía cinematográfica de la época y, en un principio, no tuvo muy buena acogida entre la crítica aunque hoy (casi) nadie duda en calificarla de obra maestra. En nuestra humilde opinión, cabe destacar las interpretaciones soberbias de sus protagonistas (Edith Scob, Alida Valli y Pierre Brasseur) y la BSO de Maurice Jarre que añade una fuerza sorprendente y sugerente extraordinaria; y la máscara, que carece de rasgos humanos pero tiene una expresión de tristeza muy explícita – un símbolo de la pesadilla en que se ha convertido su vida desde el accidente.

Como curiosidad, siete espectadores que asistieron al estreno de la cinta en el Festival de Cine de Edimburgo se desmayaron, tras lo que el director dijo, “Ahora entiendo por qué los escoceses llevan falda”.

 

 

PSICOSIS (1960)

En 1960 se estrenó PSICOSIS, una cinta pionera basada en la novela homónima de Robert Bloch, que dejó al público mainstream en estado de shock. De hecho, la Paramount tenía tan poca fe en la cinta que Hitchcock tuvo que financiarlo de su propio bolsillo, canjeando su salario por una participación del 60% de la película. Resultó ser un error tremendo para la productora ya que la película fue un éxito rotundo y hoy en día está considerada como el ejemplo más temprano del llamado género slasher.

Rompiendo los tabúes del pasado, no sólo con sus escenas de violencia sin precedentes, sino también en relación con la sexualidad, Hitchcock logró construir una clase magistral en terror psicológico en estado puro.

 

https://youtu.be/jzZckGLnvmw

 

LA SEMILLA DEL DIABLO (1968)

Y seguimos con un ejemplo más de que lo importante es seducir nuestra mente. Basada en el best seller del escritor Ira Levin y protagonizada por una jovencísima Mia Farrow, el brillante enfant terrible polaco, Roman Polanski (34 años en aquella época) optó por sugerir en vez de enseñar, creando una atmósfera realmente malsana.

Su mezcla sublime entre thriller satánico y suspense psicológico con algunas de las mejores interpretaciones femeninas de la historia del cine no dejó a nadie indiferente. Fue clasificada como X y censurada en Inglaterra y, debido a sus marcadas alusiones satánicas, la cinta fue prohibido en varios países latinoamericanos pero, durante los 50 años desde su estreno, ha logrado recaudar mas de 130 millones de dólares y se ha convertido en todo un clásico del género de terror.

 

 

EL DIABLO SOBRE RUEDAS (1971)

En 1971, un terror tan cotidiano como la violencia vial acabó llevando a su protagonista, Dennis Weaver, al borde de la locura y al borde de un acantilado en el primer “telefilm de suspense”, dirigido por un entonces casi desconocido director.

Con un presupuesto muy reducido y una trama de la más sencilla, el debut cinematográfico de Steven Spielberg fue la primera de muchas muestras de todo su talento para contar una historia con pocos recursos, sobre todo aquí donde no se conformaba con utilizar la tensión, sino que disfrutaba explotándola. El joven cineasta logró darle un papel antagónico al ya mítico camión que parece tener espíritu propio a pesar de estar manejado por un conductor (el cual nunca vemos).

 

 

LA MATANZA DE TEXAS (1974)

Con semejante título uno podría esperar un festival sangriento y gore pero realmente no lo es.

En todo momento Tobe Hooper buscó introducir al espectador en una atmósfera única y malsana sin recurrir a chorros de sangre. Y lo consiguió con creces. Diríamos que gran parte del impacto de la cinta se debe a que fue una producción indie de muy bajo presupuesto sin productores meticones diciendo lo que se podía hacer y lo que no se podía hacer.

Y, aparte de todo eso, sin ninguna duda, Gunnar Hansen lleva la máscara mas icónica y más aterradora de todos los tiempos: la carne humana!

 

Ahora te toca a ti. ¿Qué otras joyas del cine de terror sin sangre se te ocurren? Cuéntanos tus recomendaciones en Twitter y/o Facebook.