5 de las mejores películas de terror de directores fuera de sus géneros habituales

Cuando se trata del cine de terror, hay ciertos cineastas que sólo se sientan en casa dirigiendo películas del susodicho género; Maestros del terror que son los primeros en ser mencionados en cualquier conversación entre amantes del terror simplemente por sus extraordinarias carreras. Nombres como Dario Argento, David Cronenberg, Wes Craven, John Carpenter y una larga lista de etcéteras. Como fans, «casi» siempre podemos contar con que estos cineastas comprendan y compartan nuestra afinidad por el género de maneras que los «extraños» no podrían.

Y es comprensible ya que somos fervientes defensores de nuestro género. Tenemos un instinto casi innato para alterarnos ante cualquier noticia de la nueva asociación de un extraño con el cine de terror. Uno de los ejemplos más recientes es cuando los fanáticos se quejaron ante la noticia de que el director David Gordon Green, un cineasta y actor cuyos créditos más notables son las comedias de fumetas, tomaría las riendas para dirigir la muy anticipada nueva entrega de la franquicia de HALLOWEEN. Desde entonces se han calmado las aguas y se sitúa como una de las películas más esperadas del año y John Carpenter es muy conocido por ser una persona dura de pelar y, según algunos de sus comentarios a la prensa, fue gratamente sorprendido por Green y sus conocimientos enciclopédicos de la franquicia.

Pero ya basta de quejas ya que, como en cualquier género del cine, las nuevas perspectivas siempre son vitales para poder contar historias frescas e innovadoras. A veces, abordar una película de terror desde una perspectiva completamente distinta puede rescatar un subgénero de su lecho de muerte. Hay muchos ejemplos donde un pulido del elemento humano ha convertido una película de terror en algo mucho más accesible, presentando nuevos seguidores al género. No hace falta ir más lejos que este mismo año con HEREDITARY y UN LUGAR TRANQUILO para comprobar esta realidad. Al fin y al cabo, este género está lleno de grandes películas que fueron dirigidas por cineastas que se atrevieron a salir de su zona de confort, y hoy en DARK hemos recopilado una lista de las que son, para nosotras, 5 de las más memorables…

LOS VIAJEROS DE LA NOCHE (Kathryn Bigelow, 1987)

Con LOS VIAJEROS DE LA NOCHE, su debut como directora (en solitario), Kathryn Bigelow no tenía ninguna intención de hacer una película de terror al principio. En realidad quiso hacer un western, pero como los vaqueros no aseguraban beneficios en taquilla entonces, ella y su co-guionista Eric Red optaron por mezclar los elementos el Viejo Oeste con un subgénero que era muy popular en ese momento; el de los vampiros. El resultado es una combinación perfecta entre el polvo sucio de los westerns y la brutalidad sangrienta del terror.

La decisión de Bigelow de no seguir las típicas reglas del terror funciona en su favor consiguiéndola un lugar en el panteón de las películas de vampiros más emblemáticos. Nunca se pronuncia la palabra «vampiro» durante la película, y la mitología detrás de los vampiros se mantiene deliberadamente ambigua. Todos los clichés familiares de los vampiros, a excepción de la aversión a la luz solar, se intercambian por los clichés más habituales de los westerns. Añadiendo ese toque vampírico a la típica historia de una despiadada banda armada luchando contra un vaquero de corazón puro sólo en el nombre de amor, hace que sea un favorito de culto fantástico.

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MISERY (Rob Reiner, 1990)

El director detrás de las comedias CUANDO HARRY ENCONTRÓ A SALLY y LA PRINCESA PROMETIDA puede parecer una extraña elección para dirigir la adaptación de esta novela de Stephen King, pero su trabajo en CUENTA CONMIGO tuvo un papel muy importante en convencer al propio King de que Rob Reiner era el hombre adecuado. Resultó ser mutua, ya que Reiner había querido adaptar alguna historia de King después de ver EL RESPLANDOR.

¿Pero cómo puede abordar una película de terror repleta con la infame escena del mazo un director tan versado en comedias y películas para toda la familia? La respuesta es que él aprendió de uno de los grandes maestros del terror. Rob Reiner estudió con todo detalle las obras de Alfred Hitchcock para aprender como rodar un thriller. Y funcionó; ese momento en que Annie Wilkes tortura a Paul Sheldon es algo que nunca podremos borrar de nuestras memorias.

DESPERTAR EN EL INFIERNO (Ted Kotcheff, 1971)

Ted Kotcheff ha sido director para la televisión y ha rodado películas por más de 50 años, pero no es un nombre demasiado conocido. Si tuvieras que recordar al octogenario, lo más seguro es que sería por sus éxitos descomunales ACORRALADO, MÁS ALLÁ DEL VALOR y ESTE MUERTO ESTÁ MUY VIVO. Sólo en esa frase, el cineasta pasó de la acción al cine de guerra y a la comedia estrafalaria, pero quizás su mejor trabajo sea uno de sus más oscuros: la película de terror australiana, DESPERTAR EN EL INFIERNO.

Si, toda una década antes de presentarnos a John Rambo, Kotcheff dirigió una película sobre un profesor que llega a una ciudad de mineros situada en un inhóspito desierto donde decide pasar la noche antes de coger un avión para Sydney. Pero pasan cinco noches y parece que Grant se está acercando poco a poco a la autodestrucción. En el transcurso de ese corto período de tiempo, se las arregla para unirse a un grupo de hombres que no cesan de convencerle a beber, apostar y cazar hasta que su autoestima se destruye por completo. Si bien no aparecen monstruos «tradicionales» aquí, una escena en la que los hombres van a la caza de canguros (con asesinatos reales) es más perturbadora que cualquier demonio de la noche.

28 DÍAS DESPUÉS (Danny Boyle, 2002)

Tras la adaptación cinematográfica de su novela «La playa», el escritor Alex Garland habló con el director Danny Boyle sobre un concepto que tenía para un guión sobre zombis rápidos. Tanto Boyle como Garland desarrollaron la idea mucho más, renunciando a la idea tradicional de que los zombies comían cerebros y adaptaron las bases de la mitología zombie para mejor reflejar los tiempos modernos. En este caso, la energía nuclear fue arrojada a favor de los brotes virales y la ira social.

Aunque técnicamente no fue la primera película con zombies corriendo de un lado a otro, fue la primera en incluir a tantos a la vez; cada uno de ellos con una destreza fisica aterradora. Por ser su primera experiencia en el género, Boyle logró sembrar un miedo sin precedentes, provocando un renacimiento del subgénero de los zombis. Sin embargo, no fue sólo la naturaleza viral de sus zombies lo que hizo que esta película sea tan memorable, sino su uso frenético de la cámara, unos personajes con los que realmente te puedes identificar y un villano aún más aterrador en la forma de la humanidad.

 

EL SILENCIO DE LOS CORDEROS (Jonathan Demme, 1991)

Ganó cinco premios Óscar, generó innumerables spin-offs y una ,ahora lamentablemente, cancelada serie de televisión y es estudiada en escuelas de cine por todo el planeta. Las actuaciones son perfectas y la estructura de la historia es única pero, a la vez, muy accesible. El Dr. Hannibal Lecter es uno de los mejores villanos que este medio haya visto jamás. Jonathan Demme, mientras tanto, ha llegado a sorprendernos con muchísimas otras obras grandiosas. Dirigió uno de los mejores documentales sobre un concierto de todos los tiempos con STOP MAKING SENSE y ganó unos cuantos premios Óscar más por su drama desgarrador, PHILADELPHIA.

Y continuó ofreciéndonos una abundancia de material fresco tanto en la pantalla grande como en la pantalla pequeña hasta su fallecimiento el año pasado dejando un legado que siempre será recordado con nostalgia y afecto. Se le echa mucho en falta…