42 años de curiosidades de Las colinas tienen ojos de Wes Craven

En los años setenta, años antes de crear a su icónico Freddy Krueger, Wes Craven era un director del montón luchando para poder rodar su primera película. En aquellos momentos tenía ganas de explorar otros géneros, pero solo podía encontrar financiación para producciones de terror, por lo que accedió a escribir una historia de terror por petición del productor Peter Locke sobre unos salvajes que vivían en unas colinas y haciéndolo pasar mal a una familia de vacaciones. Al rodar esta película se dio cuenta de que era MUY bueno asustando a la gente.

Por supuesto, la película en cuestión se trata de LAS COLINAS TIENEN OJOS y se hizo con un presupuesto bastante ajustado y en condiciones muy duras y complicadas. Se estrenó un 22 de julio de 1977 y, al principio, no fue muy bien recibida pero acabó siendo la cinta que puso los fundamentos para Craven como uno de los maestros del terror.

Con motivo del aniversario del estreno de este clásico del cine de terror queremos contaros algunas curiosidades interesantes sobre la cinta que seguro que te sacaran algún que otro escalofrío.

Está basado en una historia real:

Wes Craven escribió el guión después de haberse inspirado en la leyenda de Alexander ‘Sawney’ Bean, la cabeza de un clan del siglo 16 que vivía en cuevas. Vivieron allí durante 25 años, devorando a unas 1.000 personas antes de ser descubiertos y asesinados.

¿Las colinas tienen que?

En un principio, la cinta no se iba a llamar ‘Las colinas tienen ojos’. Craven había pensado en ‘Blood Relations’ pero Peter Locke le dijo que tenía poco gancho. Se barajaron varios títulos antes de optar por el que la conocemos actualmente. En un principio LAS COLINAS TIENEN OJOS era un título que a Craven no le gustaba mucho, pero con el tiempo se ha convertido en uno de los más icónicos del cine de terror.

El gran Michael Berryman:

Si por algo resulta reconocible este clásico es por la apariencia del caníbal más desagradable, cuya imagen se utilizó para la portada. Y es que el actor que lo interpretaba no llevaba absolutamente ninguna prótesis de maquillaje para lograr ese aspecto. Berryman sufre de una enfermedad llamada displasia ectodérmica hipohidrótica, que entre otras cosas, provoca en quien la padece un funcionamiento anormal de las glándulas sudoríparas, lo que puede llevar en el peor de los casos a una hipotermia. Le comentó a Craven que había nacido con 26 defectos de nacimiento. Entre todos estos defectos estaba la falta de glándulas de sudor, lo cual le ponía en riesgo por el calor del desierto. Aun así, logró grabar todas las escenas.

Cámaras con historia:

Con un presupuesto bastante ajustado, el dinero del que disponían era tan limitado que las cámaras que se usaron para grabar la película fueron alquiladas a un famoso pornógrafo de California al que posteriormente le fueron devueltas.

Máximo riesgo:

A raíz de esa falta de presupuesto también se solían correr riesgos durante el rodaje. Los propios actores tenían que hacer de especialistas. En una de las escenas, los protagonistas ponen una trampa para matar al jefe del clan Papa Júpiter haciendo que explote su caravana. Los miembros del equipo que prepararon la explosión no tenían muy claro la distancia de seguridad para los actores y según el director, con los materiales baratos que consiguieron para la explosión no sabían la fuerza que iba a tener.

Escenas eliminadas:

Algunas personas del equipo dicen que llegaron a ver una sobredosis de gore que fue finalmente eliminada de la película. Al igual que LA ÚLTIMA CASA A LA IZQUIERDA, Wes Craven vuelve a utilizar el lenguaje de las películas de explotación para destacar el ciclo de la violencia. De hecho, en un principio, Craven tenía planificado asesinar al bebé que en ella aparece, pero todo el equipo artístico y técnico se negó.

A pesar de la intensidad del corte final que todos hemos podido ver, el metraje que se eliminó habría llevado las cosas demasiado lejos. La escena eliminada más perturbadora muestra a Papa Júpiter metiendo sus dedos en las cavidades oculares de Gran Bob Carter antes de pasar a darse un festín gastronómico con su brazo. ¿Las llegaremos a ver algún día?