Ficha XTRM: Salma Hayek

DATOS BIO

Salma Hayek Jiménez, “T-Killa’» para los amigos.

2 de septiembre de 1966, Coatzacoalcos, en Veracruz, México.

A.K.A. XTRM: Mexican Matahari

Empezó a repartir:

A pesar de que su carrera luego virase hacia el mandoble, las recortadas y la apasionante habilidad para robarte el corazón mientras perpetra un atraco, la buena de Salma Hayek lo primero que repartió fue traiciones de culebrón. Antes de pasarse al cine, la mexicana hizo sus gloriosos pinitos en las novelas que veía tu tía todas las tardes haciendo ganchillo. A principios de los noventa, con la serie Teresa y su papel de rotura mediática en El callejón de los milagros, el mundo ya estaba preparado por fin para conocer a Salma.

Saltó a la fama por:

Hija de un libanés y una española, Salma nació en el precioso estado de Veracruz, pero su fama mundial no llegó hasta 1996, año en el que protagonizaría Abierto hasta el amanecer. En aquella locura de Robert Rodríguez que protagonizaba George Clooney, Salma era el reflejo vivo del arma latina de doble filo: belleza y rudeza con una boa alrededor del cuello. Y por si eso fuera poco, apenas 3 años después firmó otro papel de infarto en Wild Wild West, donde ya se dejaba entrever su afición por las balas.

Siguió repartiendo estopa:

En Timecode, en Traffic y hasta en Spy-Kids pudimos ver cómo seguía desarrollándose la carrera de Hayek en Hollywood: siempre con papeles de mujer latina iracunda pero sensual. Y, muchas veces, cumpliendo el estereotipo junto a Antonio Banderas, al que le une una gran amistad. Así sería hasta 2002, cuando se puso en la piel de Frida Kahlo y, tras conseguir la nominación al Oscar, se dedicó a partes iguales a la comedia y a la acción: si hacía Niños grandes, lo compensaba con Salvajes; si hacía La fiesta de las salchichas lo compensaba con películas como Everly, que podrás ver en XTRM el domingo 3 de marzo a las 16:00.

FICHA XTRM

Es experta en: martillear el arma más rápido que ninguna mujer al oeste de Greenwich. Bien sea un revólver escondido en el liguero, bien sea un bazooka disparado desde un SUV, Salma es la más rápida del lugar.

Cuerpo a cuerpo: que su bajo centro de gravedad no te lleve a engaño, porque es prácticamente imposible tumbarla. Buena cuenta dio de ello en Bandidas, junto a Penélope Cruz, en la que usaba sus piernas para cerrar llaves de artes marciales.

Sus armas favoritas: ¿Hemos dicho ya que le encanta disparar? En su última muestra, El Guardaespaldas (2017), Hayek tira de una glock, pero de un guantazo a mano abierta tampoco te libras.

La muerte también conduce: precisamente en la película que podrás ver en XTRM, Everly, Hayek hace gala de sus dotes de conducción. Además, en la vida real, la mexicana tiene licencia para conducir su yate.

Redecorando tu casa: y acostumbrada a viajar por todo el mundo, no es casualidad que cuando vuelve a casa, lo quiera hacer de verdad. La casa de Salma Hayek, escondida en los montes que rodean Los Ángeles, está tasada en 13 millones de dólares. Y, por si eso fuera poco, también alquila un par más de propiedades. Normal que solo puedan pagarle jugadores de la NBA.

Su gran enemigo: ¿El racismo institucional de Estados Unidos? No, es broma. Salma ha peleado contra el mismísimo Harvey Weinstein, al que denunció formalmente ante el Congreso de aquel país. Tremendo enemigo final, ¿eh?

Colegas conocidos: Penélope Cruz, Antonio Banderas, Gérard Depardieu, Beyoncé o Reese Witherspoon, con la que montó el fondo de ayuda a las víctimas que se dieron a conocer después del #MeToo.

Algo más que patadas: No todo van a ser guantazos y disparos a quemarropa en la vida. Salma Hayek, además de ser una feminista convencida en la élite de Hollywood, también colabora con varias causas sociales en su país de origen, México, así como en Guatemala y Honduras.

Migas de pan: Medio libanesa, medio española y medio mexicana, Hayek pasó de Veracruz al Distrito Federal y de ahí a Los Ángeles. Eso sí, ahora que está medio retirada momentáneamente, se la ve bastante cómoda en la costa azul francesa, donde reside actualmente.

Frase Lapidaria: “Sigo esperando conocer a un hombre que tenga más pelotas que yo”.