Cinco películas para pisar a fondo del acelerador de la adrenalina

El mes de noviembre se presenta muy subido de vueltas con la llegada de Le Mans´66 a los cines (viernes 15 de noviembre). En XTRM, que si es adrenalina compramos sí o sí, nos subimos al carro de la competición en la pista, y tomamos la delantera con un recital de adrenalina que supuso el reencuentro entre su director, Renny Harlin, y Sylvester Stallone casi una década después de la imponente Máximo riesgo.

Y por eso, vamos a recomendaros otros 5 grandes títulos de género para que gocéis mientras las agujas del marcador se revolucionan casi sin límite.

1.- Grand Prix (1966)

Su triplete en los Oscar (Mejor sonido, montaje y efectos de sonido) debería poneros sobre aviso de que Grand Prix está rodada con un pulso poco habitual. Y es que John Frankenheimer es especialista en rodar cosas que se mueven a gran velocidad. Aunque la película es de 1966, algunas tomas harían palidecer a muchas películas de nuestros días, pues hablamos de un realizador con un don especial para registrar la velocidad, cuya más reciente Ronin, de 1998, tiene secuencias que ya quisieran las aplaudidas persecuciones de la saga Bourne. Grand Prix es para muchos la mejor película hecha nunca sobre carreras, aunque a Frankenheimer le ponemos un signo negativo al lamentarse públicamente de no haber contado en ella con Steve McQueen, en detrimento de su actor James Garner, que hizo un trabajo fabuloso.

2.- Las 24 horas de Le Mans (1971)

Precisamente Steve McQuenn protagonizaba 5 años después Las 24 horas de Le Mans, tras un infierno de intentos, de proyectos gemelos (a punto estuvieron de llegar a los tribunales con John Frankenheimer por una cuestión de derechos) y de presupuestos. Aunque la película estaba dirigida por Lee H. Katzin, el auténtico motor del proyecto fue el actor, enamorado de las carreras y del mundo del automóvil. Con la participación de 41 pilotos profesionales, 25 coches auténticos y una planificación de tomas muy ambiciosa, el presupuesto inicial de 7,5 millones de dólares de la época pronto se desbordó, y acabó llevando a la bancarrota a la productora de McQueen. Con todo, la competición de Le Mans le debe mucho a esta película, si hablamos de cuestiones de popularidad.

3.- Días de trueno (1990)

La cámara de Tony Scott ha puesto muy nervioso a más de un crítico con sus constantes movimientos, así que una película centrada en la NASCAR estaba claro que en sus manos iba a lucir de manera especial. Y efectivamente, no defraudó. El ritmo de la cinta, especialmente en sus escenas de competición, es de escuela, tanto si hablamos de planos como si lo hacemos de montaje. Una de las mejores cintas de Tony Scott, que repetía con Tom Cruise tras Top Gun e introducía en la ecuación a Nicole Kidman, que no tardó en iniciar un romance con el actor. Esta es la primera vez que les podéis ver juntos como pareja, después llegarían Un horizonte muy lejano y Eyes Wide Shut.

4.- Senna (2010)

El único largometraje de nuestra selección bien tiene ganada a pulso su elección, por unos cuantos motivos. Para empezar porque su director, Asif Kapadia (Oscar por su documental sobre Amy Winehouse en 2015) es uno de los mejores directores documentalistas del cine actual mundial, con lo que os podéis imaginar que no os vais a enfrentar a un documental al uso. El material empleado para recrear los 10 años en los que Ayrton Senna reinó en las pistas es abrumador, y la reconstrucción de la personalidad del deportista es inmensa. Además, podréis disfrutar de un pulso narrativo muy pocas veces visto en un documental. Su colección de premios cosechados solo es un aval de que Senna es uno de los mejores documentales deportivos rodados de la historia.

5.- Rush (2013)

La rivalidad entre James Hunt y Niki Lauda tuvo su momento cumbre en el Gran Premio de Fórmula 1 de 1976, una temporada que acabó pasando a la historia por el terrible accidente que acabó sufriendo Niki Lauda, uno de los recuerdos más negros de la historia de un deporte en el que el peligro es asumido por los pilotos casi de manera natural. Ron Howard, prendado por la historia del duelo permanente entre ambos pilotos, polos opuestos fuera del circuito, reclutó a Chris Hemsworth y a Daniel Brühl para encarnar a los pilotos, y contó con el propio Niki Lauda en labores de asesoramiento (un piloto que solo 42 después de su accidente volvía a la competición) para dirigir Rush, un fabuloso ejercicio de montaje que contó con los modelos reales de los Ferrari 312 T2, McLaren M23, Lotus 77 John Player Special o el Tyrel P34 de seis ruedas que vemos en pantalla, y que fueron prestados por coleccionistas privados.

Agárrate bien al sofá porque vienen curvas fuertes, ¿has decidido ya cuál vas a ver?