El western con Ñ: Canal Somos desenfunda

¡Atento, porque durante las sobremesas viajamos al lejano Oeste! De lunes a sábado a partir de las 16:45 disfruta en Canal Somos de algunos de los mejores títulos que se llevaron a cabo en España, en coproducción con Italia, en los mismos lugares donde rodaron directores consagrados como Sergio Leone. ¡Para ir entrando en situación, te damos a continuación cinco claves que han convertido, desde los años 40 del siglo pasado, a España en un escenario más que idóneo para el género!

  • Inicios del western en España

Desde los años 40 ya aparecen algunos filmes del género western en nuestro país. Ejemplos como Oro vil (Eduardo García Maroto, 1941) o El sobrino de don Buffalo Bill (Ramón Barreiro, 1944) serían de los primeros ejercicios que se realizaron sobre la temática del oeste. Fueron filmes que hacían presagiar lo que estaba por llegar: a mediados de los años 50 el género se asentó en España.

Antes de que llegara Sergio Leone y se comenzara a hablar del “espaguetti western”, en España ya se empezaron a rodar varios filmes influenciados por las novelas de José Mallorquí sobre el personaje ficticio de El Coyote, por parte de uno de los directores más importantes del género en nuestro país, José Luis Romero Marchent: El Coyote (1954) y La justicia del Coyote (1955), ambas en coproducción con México. Estas primeras películas, a las que se unieron después títulos como La venganza del Zorro (Joaquín Luis Romero Marchent, 1962) o El vengador de California (Mario Caiano, 1963), pertenecerían a lo que se puede denominar: spanish western”, es decir, la etapa en la que se agrupan los títulos anteriores a la eclosión del “espaguetti western” o la “paella western” (término que defendían algunos cineastas).

Bien es cierto que, aunque estos largometrajes se rodaran antes de la etapa de esplendor del subgénero, poseen las mismas características que los filmes posteriores: se trataba de coproducciones y el reparto solía ser internacional con rostros españoles, italianos o americanos. Aunque sí podemos hablar de una gran diferencia: los presupuestos para estas primeras películas fueron más elevados que durante la etapa posterior. Incluso hubo filmes coproducidos con Estados Unidos como Tierra brutal (Michael Carreras, 1962), que fue distribuida por la Metro Goldwyn Mayer. Se inició, de este modo, una tendencia que seguiría en el western español: abrirse al mercado internacional e imitar los modelos clásicos del cine de Hollywood.

  • Sergio Leone y lo que vendría después

El western español, casi a mediados de los años 60, había obtenido cierta relevancia y ello también se debía a los poblados construidos en Hoyo de Manzanares (Madrid), Esplugues de Llobregat (Barcelona) o el Desierto de Tabernas (Almería). Se demostraba así que no hacía falta rodar en el extranjero para filmar en escenarios que se asemejaran al Far West del centro y oeste de Estados Unidos.  La importancia que tenía el subgénero propició que llegaran a territorio español profesionales como Clint Eastwood para rodar dos películas: Por un puñado de dólares (1964) y La muerte tenía un precio (1965). Junto con El bueno, el feo y el malo (1966), conforman “la trilogía del dólar”, dirigidas todas por Sergio Leone y rodadas en España.

Junto con José Luis Romero Marchent y Eugenio Martín (El precio de un hombre, 1965), la figura de Sergio Leone es determinante para valorar la calidad de las películas del oeste coproducidas con Italia. Se abrió un camino que favorecería que muchos realizadores italianos y americanos quisieran venir a rodar a España. Es el caso de cineastas como: Roy Rowland (La ley del forastero, 1965 o Los pistoleros de Casa Grande, 1974); Marco Vicario (Siete hombres de oro, 1965); Nando Cicero (Los profesionales de la muerte, 1968); Giuseppe Rosati (Los cuatro de Fort Apache, 1973, sábado 8 a las 16:45); Tonino Ricci (Repoker de Bribones, 1973, sábado 15 a las 16:45) o Giorgio Simonelli (Dos pistoleros, 1964).

  • Coproducciones entre España e Italia

Las coproducciones entre España e Italia fueron la variante más habitual de este subgénero. La fórmula era la siguiente: la mayoría de las veces los directores italianos firmaban las películas pero España aportaba un porcentaje económico del presupuesto del largometraje, los decorados y la presencia del equipo técnico y algunos actores secundarios. La estrella del filme siempre solía ser extranjera, para dar así un ambiente más internacional.

Durante la década de los 60 y gran parte de los 70 (la época dorada del western en España) se llegaron a rodar más de un centenar de títulos en nuestro país. Anteriormente hemos repasado los títulos que estaban dirigidos por directores italianos en su mayoría, pero también es imprescindible valorar la valentía de cineastas de la talla de Carlos Saura (Llanto por un bandido, 1964), José Luis Borau (Django, 1966), Mario Camus (La cólera del viento, 1970) o Ignacio F. Iquino. Todos ellos, y hablamos de algunos de los directores más importantes de nuestro cine, se adentraron en el terreno del western y en el universo de las coproducciones con Italia.

Títulos como Oeste Nevada Joe (lunes 10 a las 16:45), Cinco pistolas de Texas o Un colt por cuatro cirios fueron dirigidos por Ignacio F. Iquino, y este mes podrás disfrutarlos en Canal Somos. También es importante destacar otras películas como Abre tu fosa amigo… llega Sábata, de Juan Bosch; Al oeste de Río Grande, de José María Zabalza, o Oklahoma John, de Jaime Jesús Balcázar.

Eran tiempos donde las coproducciones entre España e Italia, o cualquier otro país, eran lo más común y esto provocaba que muchos directores españoles aceptaran los encargos de rodar estas películas. Lo mismo ocurría con el reparto. Los protagonistas solían ser actores extranjeros pero siempre se daba cabida a actores españoles para encarnar a personajes secundarios. Es el caso de Fernando Rey (La cólera del viento), Sancho Gracia (La furia de los siete magníficos), Julián Mateos (El regreso de los siete magníficos), Manolo Zarzo (Siete hombres de oro), Mónica Randall (Los cinco de la venganza, el viernes 7 a las 16:45), Jesús Guzmán (Sin aliento, el miércoles 12 a las 16:45) o Fernando Sancho (Dos pistoleros, Abre tu fosa amigo…llega Sábata), entre muchos otros.

  • Escenarios en Madrid, Barcelona y Almería

En Hoyo del Manzanares (Madrid) se construyeron unos decorados de cine que sirvieron a muchos cineastas españoles para rodar sus películas. Al lugar se le conocía como Golden City. Pero no solo pasaron realizadores de nuestro país por aquellos escenarios sino que también lo hizo Sergio Leone para rodar su “trilogía del dólar”. Fueron muchos directores extranjeros los que transitaron aquel lugar como ocurriría también con el “MiniHollywood” construido en el desierto de Tabernas en Almería.

Numerosos cineastas centraron su atención en el llamado “MiniHollywood”, que fue uno de los epicentros de este western. El subgénero vivió su máximo apogeo en ese lugar y pese a que la etapa esplendorosa del western culminó a mediados de los 70, los decorados han sido utilizados por varios cineastas a lo largo de los años (en 1998 se rodó El Coyote, de Mario Camus o La justicia de los forajidos, de Bill Corcoran). No ocurrió lo mismo con “Esplugas City”, el poblado que los hermanos Balcázar (el martes 25 se emite Oklahoma John, de Jaime Jesús Balcázar) construyeron en Esplugues de Llobregat (Barcelona), en el que se rodaron más de cincuenta títulos. Con el paso de los años, un incendio lo destruyó todo.

Como dato curioso, durante la etapa dorada del western en nuestro país dentro de Almería se creó una especie de subcultura. Los extras de las películas rodadas en Tabernas eran los propios habitantes del pueblo y muchos vivieron de eso dada la cantidad de filmes que se llegaron a rodar. Bien es cierto que los cineastas extranjeros no rodaban en Almería simplemente por capricho. Influía, como es lógico, el escenario natural, pero también el hecho de que salía mucho más barato y teniendo en cuenta que los presupuestos eran propios de filmes de serie B, era necesario medir los gastos.

  • Parodia y humor

Como ocurriría con otros géneros, a la vez que se hacían largometrajes con el Oeste como pieza fundamental, surgieron películas que se rodaban en los mismos escenarios, principalmente, pero cuyas intenciones eran más las de divertir al espectador que las de crear el ambiente propicio de un western clásico. Conocidas son las películas de la pareja formada por Bud Spencer y Terenci Hill, pero yendo un poco al territorio español, lejos de coproducciones, hallamos ejercicios disparatados como Torrejon City, con Tony Leblanc de protagonista y dirigida por León Klimovski en plena efervescencia del género en nuestro país. Hablamos de 1962.

Cuando el “espaguetti western” estaba en horas bajas, en los años 80, cineastas tan distintos como José María Zabalza o Mariano Ozores se atrevieron a darle una vuelta al género y contar la misma historia pero desde un punto de vista cómico y, por qué no decirlo, anacrónico. Es el caso de Al oeste de Río Grande (1983), donde el propio José María Zabalza cuestionaba el género llenando el argumento de anacronismos con el objetivo de negar la épica propia del western y convertirla en una situación de cotidianeidad, algo que hace que la película no se pueda tomar en serio. Lo mismo ocurre con Al este del oeste, donde Mariano Ozores, en pleno 1984, se atrevió a burlarse con mucho ingenio del western poniendo como protagonista a Fernando Esteso (que interpreta a Bill “Pistolas de Oro”) junto con Antonio Ozores. Un reparto y una historia muy loca donde las risas están aseguradas.

Una vez realizado este repaso, recordamos que si quieres disfrutar del mejor cine del oeste no te puedes perder las sobremesas en Canal Somos. Cada día, de lunes a sábado, a partir de las 16:45, los mejores títulos que se han rodado en España. Desenfundar ya es cosa tuya…