Las chicas de la Cruz Roja: Todo lo que hace de ella una cinta imprescindible de nuestro cine

Hubo un tiempo, aunque alguno se tenga que sentar para recordarlo, en el que las películas de nuestro cine hacían estremecer a todos los estamentos de la vida pública española. Antes de las reuniones de superhéroes y cuando la Gran Vía era un templo de peregrinaje cinéfilo, Las chicas de la Cruz Roja fueron capaces de aunar al mejor talento del cine español y hacer de ello todo un éxito de público y crítica a partes iguales.

Aquí te damos cinco razones que hacen de Las chicas de la Cruz Roja una cinta imprescindible de nuestro cine.

1. La eterna Concha Velasco

Aunque el grupo entero lo completen Luz Márquez, Katia Loritz y Mabel Karr, el magnetismo y el carisma de Concha Velasco son capaces de traspasar cualquier pantalla. A pesar de estrenarse en 1958, dando Velasco apenas tenía 19 años, el filme no fue un debut, sino una consagración en lo más alto de nuestra industria. Después de ayudar a recaudar fondos a la organización, vinieron sus numerosos trabajos con Manolo Escobar, Martes y trece o Casi un caballero. Asistir a sus cantes por Madrid es como ver hacer una estrella.

2. Los novios, el star-system español

En una entrevista con el mítico José Manuel Parada, Mabel Karr confesó que sin Las chicas de la Cruz Roja su vida «nunca hubiera sido la misma». La explicación hay que buscarla en la promoción de la película, en la que en una fiesta orquestada en su Argentina natal, conoció a Fernando Rey, con el que se casaría apenas unos meses después. Novios reales aparte, la película es un auténtico desfile de músculo ibérico: Tony Leblanc, Arturo Fernández y hasta Ricardo Zamora, hijo del mítico portero de la selección española, son los intereses amorosos de «las novias de la primavera».

3. De Madrid al cielo

Si las chicas y los chicos no podían ser mejores, los decorados no se quedan atrás. Más allá de la escena que quedó para la posteridad con las cuatro protagonistas cantando por la Gran Vía adoquinada, la ciudad de Madrid es otra protagonista más del filme. Además de por la arteria principal de la capital, las aventuras de la película pasan por el mismísimo estadio Santiago Bernabéu, el parque del Retiro o la plaza de Colón, donde tiene lugar una de las escenas de recaudación más importantes. No es nuestro trabajo desvelar nada, pero atento a cómo ha cambiado el panorama en apenas medio siglo de historia.

4. La excelente mano de Rafael Salvia

«Las chicas de la Cruz Roja, novias de la primavera, abrieron sus corazones» reza el archiconocido tema central de la película. Lo que muchos no sabrán es que la letra es del propio director de la película, Rafael Salvia. El realizador, natural de Tortosa, fue uno de los grandes corredores de fondo de la industria nacional cuando apenas estaba esta en pañales. Más allá de su labor como director, también destacó como guionista y trabajó en títulos tan míticos como Sor Citroen, La tonta del bote o ¡Se armó el Belén! Un grande nunca suficientemente reivindicado.

5. La música

Si la mano de Salvia se dejó sentir hasta en las letras y Velasco lideraba un reparto espectacular, ¿por qué se iba a quedar ahí la reunión de astros? La música de Las chicas de la Cruz Roja fue compuesta por Augusto Algueró. Más conocido en ciertos círculos faranduleros por ser el marido de Carmen Sevilla durante muchos años, el compositor es responsable de la mítica «Tómbola» de Marisol. Casi una década después volvería a escribir para Concha Velasco, gracias a «La chica ye-ye». Por supuesto, participó en dos canciones eurovisivas, porque ningún éxito es casualidad.