10 escenas descacharrantes de ‘El milagro de P. Tinto’

Escrito por completo Pérez de Petinto, el segundo apellido de Javier Fesser siempre fue objeto de bromas, tanto en la familia como en el colegio. No es de extrañar entonces, que él y su hermano partieran de él para escribir El Milagro de P. Tinto, su primer largometraje. En Canal Somos te invitamos a repasar 10 escenas descacharrantes de esta película. Eso sí, ten cuidado que está a punto de pasar el Tren Interestelar.

  1. Su prólogo

Orquestado como un corto financiado en algún Estado soviético, El milagro de P. Tinto se abre con un peculiar prólogo en blanco y negro protagonizado por el ilustre Pepe Viyuela. Además de hablar un ruso bastante invent, el pequeño episodio nos sirve para contar la historia de uno de los personajes más importantes de la trama. Todo, con el peculiar humor de Javier Fesser por todas partes.

  1. La educación cristiana

Cuando el bueno de P. Tinto hijo se pone a recordar su pasado, quizás la escena más brillante sea la que recuerda su instrucción católica. El padre Marciano, su bigote denso y su flequillo lacio son tres, “como el Señor, que es Dios y Trino”.

  1. La boda de los P. Tinto

Interpretados con esa inocencia tan propia de los filmes de Javier Fesser, los P. Tinto, Goizalde Núñez y el mítico Luis Ciges deciden casarse. Obviamente, antes de las nupcias, hay que comprobar si Olivia es ciega. No vaya a ser que leer en braille y llevar bastón por la calle no sean suficientes pruebas.

  1. La llegada del “negrito”

En una de sus escenas más graciosas, los P. Tinto esperan con alegría la llegada de su nuevo hijo centroafricano por adopción. Aunque su humor incorrecto no superaría nuestros estándares actuales, sí nos queda claro que los P. Tinto “siempre miran hacia arriba y transportan su propia energía con ellos”. Por supuesto, el que llega no es niño ni es negro.

  1. ¡Gibraltar español!

Acostumbrado a reflejar la sociedad española en todo su esplendor, la de entonces y la de ahora, el director de Campeones nos presenta a un camionero arquetípico del macho ibérico: “Claro, meten una pieza extranjera en un camión 100% español y pasa lo que pasa. ¿A quién se le ocurre meter una pieza alemana?”. Lo que comienza como una reparación se convierte en una ristra de quejas racistas para acabar concluyendo que lo único español era el capó. ¡Y encima casi le deja sin dedo!

  1. Medidor Telemétrico Mikasa

Tomando como ejemplo los productos ACME, que aparecían recurrentemente en los cortos animados de la Warner Bros, Guillermo y Javier Fesser, autores del guion, desarrollaron para la película multitud de objetos descacharrantes: el medidor telemétrico o el teléfono y el detector de ovnis son solo algunos de los productos Mikasa que pueblan la película. Todos correctamente anunciados con la voz profunda del actor Luis Ignacio González.

  1. Topollino Coupé 3

En esa misma línea, la de los imposibles del realismo casi mágico que le imprime el director a sus películas, el “negrito” se encuentra con la nave en la que han llegado los extraterrestres. Ahí, El milagro de P. Tinto se convierte en un musical y, al ritmo de la vaca lechera, el OVNI recupera todo su esplendor. Y un par de florecillas en las puertas, por supuesto. Como curiosidad, cabe destacar que el Topolino fue un coche tremendamente popular en Italia, al nivel del 600 en España.

  1. Eurovisión

A pesar de ser un gag recurrente de la película de Javier Fesser, ni Eurovisión ni el himno a la alegría aparecen hasta el clímax del final de la película: tras descubrir su sexualidad, el Joselito interpretado por Pablo Pinedo se la descubre a su madre. Aunque en realidad no sea su madre. Como para entenderlo, solo hay que verlo. Luego tendrás tiempo para pasearte por las amapolas.

  1. La oblea cuatro estaciones

Dentro de ese empeño por hacer cómico hasta lo más sacro, presente en otras películas de Fesser como Camino, P. Tinto le da a probar su nueva oblea “Cuatro Estaciones” al mismísimo Papa de Roma. Más allá de que no haya suerte y se lleve una reprimenda del Padre Marciano, la escena es una de las mejor coreografiadas de la historia de nuestro cine. Nada que envidiar a una película de Concha Velasco.

  1. E.T.

Es la explosión final, la última traca y hasta es la escena en la que hacen un cameo los dichosos productos ACME. El final de El milagro de P. Tinto, sin desvelarte nada, es todo un homenaje a La guerra de los mundos y a Estallido, con Dustin Hoffman, que había salido apenas 3 años antes. ¿El resumen? E.T., Mikasa y un dedo enfervorecido.

En Canal Somos hemos elegido estos diez momentazos tan insólitos como descacharrantes de la primera película de uno de nuestros mejores directores. Antes de andar el Camino para mirarse de tú a tú con los Campeones, Javier Fesser Pérez de Petinto vivió su milagro.