Gracita Morales: Un talento atípico en 10 claves

En abril toca rendir homenaje en Canal Somos a una de nuestras actrices más icónicas: Gracita Morales. Su inconfundible voz la convirtió en una de las artistas habituales de las comedias de los años 60 y 70. Conocida, cariñosamente, como la “chacha del cine español”, este mes le damos el tributo que se merece programando todos los martes de abril cinco de sus películas más recordadas a las 21:30: Vuelve San Valentín, Millonario por un día (martes 9), Historias de la televisión (martes 16), ¡Cómo está el servicio! (martes 23) y Mi marido y sus complejos (martes 30).

Por eso, es momento de recordar lo que sabemos sobre la actriz, una artista que hizo a reír al público durante casi 20 años.

  1. Una vocación buscada

Gracita Morales nació el 11 de noviembre de 1928 en Madrid, con el nombre de María Gracia Morales Carvajal. Aunque su vocación podía venir de familia, pues era hija de José Morales, empresario del Teatro Calderón, la verdad es que lo suyo fue algo más complicado. Originalmente Morales estudió danza clásica y española, y fue después cuando descubrió que su pasión era la interpretación.

  1. De formación teatral

Decidida su vocación, Gracita Morales tuvo sus inicios en la profesión en el teatro, que fue su mejor escuela. Con solo 20 años, debutó como meritoria en la compañía de Luis Peña y Josita Hernán. Posteriormente, trabajó con Catalina Bárcena. El teatro fue su primer hogar y, posteriormente, su refugio cuando empezó a trabajar menos en cine.

  1. Admirada por Almodóvar y Verónica Forqué

Pese a que su popularidad decayó completamente pasados los años 70, Gracita Morales siempre tuvo el cariño del público, como también de gente de la profesión. El día en que falleció, entre los que la recordaron estuvo Pedro Almodóvar, que dijo que “estaba por encima de las películas que hacía” y que su figura era “fundamental para entender la España de los años 60 y 70”. “Era de la casta de los actores que más me interesan: los atípicos”, dijo el cineasta manchego. Con especial admiración la recordó la actriz Verónica Forqué. “Tenía un talento muy especial y ni ella se daba cuenta”, declaró.

  1. Una voz inconfundible

Sin duda, uno de los elementos que hizo las interpretaciones de Gracita Morales míticas fue su inconfundible voz. Muy atiplada, su voz hizo que sus personajes tuviesen siempre un matiz entrañable, algo naíf y aparentemente ingenuo, pero con carácter firme y entregado. De ahí que sus interpretaciones de criadas o amas de llave fuesen tan aplaudidas y queridas por el público, algo que pocos actores consiguen. Además, se trataba de un don natural, puesto que no tenía que impostar.

  1. Una de las «chachas del cine español»

Tan querida fue como criada en sus películas, que es, junto con Rafaela Aparicio y Florinda Chico, una de las “chachas del cine español”. Su voz ayudaba a crear ese estereotipo de doncella afectuosa pero con un humor muy particular. La mayor parte de sus trabajos más recordados fueron como sirvienta, en películas como Vuelve San Valentín, Chica para todo, La ciudad no es para mí, ¡Cómo está el servicio! (martes 23 de abril a las 21:30) o El taxi de los conflictos. Aunque también tuvo otros papeles míticos en los que no era “la mucama” como Atraco a los tres, Sor Citroën o Mi marido y sus complejos (martes 30 de abril a las 21:30).

  1. Pareja habitual de José Luis López Vázquez

La carrera de Gracita Morales estuvo muy ligada a la de José Luis López Vázquez, otro de los actores más simbólicos del cine de la España de los años 60 y 70. Esa relación profesional se trasladó también al teatro, donde trabajaron en varias obras juntos. Entre sus películas más destacadas están las ya nombradas Atraco a las tres, Vuelve San Valentín (martes 2 de abril a las 21:30h), Sor Citroën, ¡Cómo está el servicio! (martes 23 de abril a las 21:30h) o Mi marido y sus complejos (martes 30 de abril a las 21:30h). Pero también protagonizaron juntos títulos como Los Palomos, Historias de la televisión (martes 16 de abril a las 21:30h), Operación cabaretera u Operación Mata Hari.

  1. Un símbolo del cine de la época

Como declaró Pedro Almodóvar cuando la actriz falleció, el 3 de abril 1995, Gracita Morales era un símbolo del cine de la España de los años 60 y 70. Justamente debido a la cantidad de películas que rodó en esas dos décadas, ella era el mejor exponente para comprender un momento histórico del tipo de producciones que se rodaban para el público que, por otro lado, eran auténticos éxitos de taquilla. Material para analizar cómo el cine, pese a ofrecer títulos de dudosa calidad para la crítica, logró conectar, gracias al humor y al romance, con un público que llenaba las salas.

  1. Una trabajadora incansable

Como declaró en una entrevista con Mercedes Milá en 1981, en sus momentos más dorados en el cine, Gracita Morales tampoco paró de trabajar en el teatro. De hecho, hacía ambas labores interpretativas a la vez, lo que le ocasionó problemas de salud. Pese a ello, su fama de trabajadora incansable fue muy reconocida. “Tenía tanto trabajo que apenas tuve tiempo para disfrutarlo y de aprovechar el éxito. Estudiaba, dormía, me levantaba y rodaba y así siempre. No pude saborear el triunfo”, declaró.

  1. No quiso estar en el cine del destape

Según comentó en una entrevista, uno de los motivos por los que dejó trabajar en el cine fue el llamado «destape». Gracita Morales declaró que ella no encajaba en ese tipo de cine. De hecho, en esa época, fue el momento en el que rodó menos proyectos, coincidiendo con su declive cinematográfico. No obstante, la actriz siguió trabajando en el teatro, que se convirtió en su refugio en esos años difíciles.

  1. Los reconocimientos que tuvo

Aunque Gracita Morales hizo un cine eminentemente comercial para la época, eso no significó que su talento no fuese aplaudido por la crítica. En 1961, la artista recibió la medalla a la mejor actriz de reparto por parte del Círculo de Escritores Cinematográficos. No lo obtuvo por una película en concreto, sino por el conjunto de su labor. De esta manera, se reconocía a una actriz que se entregó en cuerpo y alma a la profesión.

En Somos la protagonista en abril es Gracita Morales. Una actriz que fue una ardua trabajadora, una mujer que conquistó al público español a través de la comedia, que logró hacerse un hueco en el corazón de la gente y que es recordada por todos con especial cariño por ese humor tan personal que nos conquistó.