El talento de Ángela Molina en 10 claves

En este mes de julio en Canal Somos queremos hacerle un homenaje a una de nuestras actrices más internacionales: Ángela Molina. Solo pronunciar su nombre es sinónimo de prestigio, elegancia, sofisticación y, sobre todo, talento. Con casi 45 años de carrera a sus espaldas, la intérprete nos ha traído momentos que son historia del cine, y también series de televisión que se han convertido en míticas para toda una generación.

Porque en Somos nos gustan actrices tan poderosas como ella, en julio le dedicamos un sentido tributo a nuestra querida Ángela Molina, programando todos los martes del mes a las 21:30 una de sus películas clave. La portentosa vida del padre Vicente (martes 2), La Sabina (martes 9), Las cosas del querer II (martes 16) y ¡Oh cielos! (martes 23). Una selección de títulos que demuestran su versatilidad como actriz. Y por eso hacemos un repaso con 10 laves sobre Ángela Molina, para que lo sepáis todo sobre uno de los grandes rostros de nuestro cine.

1. Hija de Antonio Molina

Puede que muchos de vosotros lo sepáis ya pero, por si acaso, conviene recordar que la actriz es hija de la gran leyenda de la copla, Antonio Molina. Fue el tercer vástago de la relación entre el cantante/actor y Ángela Tejedor, pero fue la primera del clan en tener vocación artística, puesto que sus hermanos mayores, Antonio y Juan Ramón, no se dedicaron a la interpretación o la música. Esto la convirtió en una pionera dentro de la familia, ya que el resto de sus hermanos siguieron sus pasos.

2. Trabajó en el circo antes de ser actriz

Antes de dedicarse plenamente a su carrera como actriz, Ángela Molina trabajó en el circo en Francia. Además, inicialmente parecía que la joven Molina iba encaminada en otra profesión, ya que estudió ballet clásico y danza española en la Escuela Superior de Madrid aunque, claro está, también estudió arte dramático. Con el diploma de profesora de baile clásico español, fue su primera intervención en el cine, en la película No matarás de César F. Ardavín, lo que le hizo decantarse por ser actriz.

3. Feminista desde muy joven

Ángela Molina siempre ha sido una actriz de carácter, dispuesta a tomar decisiones arriesgadas y un ejemplo feminista. En un momento de máxima popularidad, al haber aparecido en películas como La ciudad perdida, de Antoni Ribas, o Las largas vacaciones del 36, de Jaime Camino (ambas premiadas en festivales internacionales) a la actriz le ofrecieron varios contratos para participar en películas del Destape, dada su hipnótica belleza.

Pero la intérprete fue firme en su decisión: no haría nada relacionado con el Destape. Una decisión arriesgada para la época. “He rechazado muchas ofertas de películas más tentadoras económicamente (…) Estoy empezando y creo que me conviene hacer un cine de calidad, interesante”, declaró en una entrevista para el ABC en el año 1975. Además, en los años 90 fue, junto con Ana Belén y Victoria Abril, una de las actrices mejor pagadas de nuestro cine.

4. Musa de cineastas míticos

Fue en 1977 cuando Ángela Molina logró el reconocimiento de la crítica internacional al protagonizar Ese oscuro objeto de deseo, la aplaudida película de Luis Buñuel, en la que compartió cartel con Fernando Rey y Carole Bouquet. Su actuación deslumbró al propio cineasta aragonés, que llegó a afirmar que la actriz poseía “el rostro de una virgen pagana”. Se forjó así su imagen de fémina que se guía por su instinto, de carácter pasional.

Desde entonces, continuo su carrera a las órdenes de cineastas internacionales de la talla de Lina Wertmüller, Luigi Comencini, Marcho Bellocchio, Paul Leduc, Giuseppe Tornatore o Ridley Scott. Pero no solo la actriz se codeó con realizadores intencionales, también ha sido musa de importantes directores españoles como Bigas Luna, Manuel Gutiérrez Aragón, Agustí Villaronga, Julio Medem o Pedro Almodóvar, demostrando ser una de las figuras con mayor proyección internacional y prestigio de nuestro cine.

5. Una actriz que rompió fronteras

El ser actriz de cineastas de varias nacionalidades implicó que Ángela Molina comenzara a trabajar en producciones extranjeras. Ha rodado en varios idiomas, convirtiéndose en una figura muy notable del cine italiano. De hecho, en 1985 se convirtió en la primera actriz extranjera en lograr el premio David di Donatello, el máximo galardón de la Academia por participar en una producción italiana. El reconocimiento le llegó gracias a su trabajo en Camorra: Contacto en Nápoles, de Lina Wertmüller. Además, la actriz ha participado en varias producciones en Francia, como en El ladrón de niños (1991), al lado de Marcello Mastroianni y Michel Piccoli, o en Lejos de los hombres (2014) con Viggo Mortensen y Reda Kateb.

6. Cantó en el cine

Siendo hija de Antonio Molina, raro hubiera sido que Ángela Molina no se atreviera con la música. En 1986 publicó su álbum, ‘Con las defensas rotas’, en el que cantaba a dúo con el cantautor francés Georges Moustaki el tema Muertos de amor. Aunque fue en Las cosas del querer (1989), dirigida por Jaime Chávarri, donde realmente pudimos apreciar sus dotes para la canción en el cine. Como sentido homenaje cinematográfico para uno de nuestros grandes de la copla, Miguel de Molina, no olvidéis que el martes 16 de julio a las 21:30 emitimos su continuación, Las cosas del querer II, en la que seguimos a los protagonistas en su exilio a Argentina.

7. Ha trabajado con su hija

Madre de otra gran actriz, Olivia Molina, ambas han participado juntas en varios proyectos. Desde Jara, que era el debut de su hija en el cine, hasta Memorias de mis putas tristes, en la que interpretaron al mismo personaje en diferentes líneas de tiempo. En el teatro coincidieron con la adaptación de El graduado, y pronto las volveremos a disfrutar juntas, ya que serán madre e hija en la serie La valla.

8. El teatro, una pasión que tardó en llegar

Pese a convertirse en todo un icono cinematográfico y de haber participado en varias producciones de televisión, el teatro fue la disciplina que más tardó en explorar. En 2002 debutó sobre las tablas en Troya, siglo XXI, un montaje de Jorge Márquez que pudo verse en el Festival de Teatro Clásico de Mérida. Entre sus interpretaciones más destacadas han estado la de Mrs. Robinson en El graduado, Ellida en La dama del mar y la Duquesa de Crakentorp en la La hija del regimiento, que supuso su triunfal debut en la ópera, nada más y nada menos que en el Teatro Real de Madrid.

9. Es sinónimo de belleza, elegancia y estilo

Ángela Molina, como hemos dicho antes, es sinónimo de elegancia y belleza. La actriz es un icono de la moda. Prueba de ello fue la campaña que protagonizó para la firma española Loewe. Cual diosa contemporánea, la intérprete posó luciendo su radiante sonrisa al lado de Andrés Velencoso, Clara Lago, Antonio Navas y Bimba Bosé. La actriz también fue imagen de la fragancia Única de Adolfo Domínguez, junto con otras grandes artistas españolas: Estrella Morente, Inma Cuesta, Najwa Nimri y Elena Anaya.

10. Pese a su carrera, no tiene el Goya

Entre los premios que ha obtenido en su carrera están el mencionado David di Donatello italiano; la Concha de Plata que ganó en el Festival de San Sebastián por La mitad del cielo (1986); cuatro Fotogramas de Plata, más uno otorgado en 2017 por toda su carrera; la Medalla del Círculo de Escritores Cinematográficos por Blancanieves de Pablo Berger (2012); una mención especial del Festival de Málaga en 2012 por Miel de naranjas; la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes; la Medalla de Oro de la Academia de Cine de España y el Premio Nacional de Cinematografía. Muchísimos premios entre los que falta uno que debería tener: el Goya. Pese a su reconocimiento mundial, a la actriz madrileña se le sigue resistiendo el “Cabezón”, el máximo galardón del cine español. Sin duda, un injusto olvido.

En Somos, nuestra absoluta protagonista para este ardiente julio es Ángela Molina, una actriz cuya apasionada vocación nos ha fascinado a lo largo de varias décadas (y las que nos quedan). Una figura eminente, de la que nos sentimos plenamente orgullosos. Recuerda, cada martes a las 21:30 tienes una cita con una leyenda viva del séptimo arte. Porque nuestro Goya particular, ya está en sus manos.