Con cada generación, los “nativos digitales” se superan a sí mismos. Los niños ya no solo crecen entre tecnología, también la dominan mejor que muchos adultos y a una edad muy temprana. Podríamos decir que ahora los niños nacen con un móvil y no un pan debajo del brazo.
Por otro lado, un uso irresponsable y en exceso de las nuevas tecnologías no es cosa de risa. Que los más pequeños de la casa dependan del móvil o la tableta, o se expongan a las redes sociales, es un asunto muy serio.
Claro que la tecnología también tiene infinidad de ventajas y, gestionándola adecuadamente, se convierte en una herramienta muy útil, tanto para los mayores como para los peques: facilita todo tipo de comunicaciones, permite acceder rápidamente a gran cantidad de información y puede ser el complemento perfecto a la hora de hacer frente a problemas de aprendizaje, mejorar resultados académicos, fomentar la curiosidad etc.
Es por esto que su uso no debe restringirse, pero sí limitarse. Sobre todo en el caso de niñ@s muy pequeñ@s:
- El móvil, la tableta… no es un juguete. No es una mala solución entretener a un niño con una película o su serie de dibujos favorita, por ejemplo, durante un viaje largo. Pero no es recomendable dejarles el móvil cada vez que lo pidan o siempre que se les quiera distraer. Esto puede malacostumbrarles y crear malos hábitos y dependencia, haciendo que el móvil o la tableta se vuelvan imprescindibles para ellos demasiado pronto.
- Controla los tiempos y evita daños en los ojos. Se ha demostrado que el abuso de pantallas electrónicas duplica los problemas oculares. Establece horarios, turnos cortos y pausas para que tu hijo no se deje la vista mirando la pantalla, sobre todo si está a oscuras. Síntomas como la sequedad ocular, la visión borrosa o la irritación, pueden evitarse educando en el buen uso de la tecnología y dando buen ejemplo como figuras de autoridad. (¿Abusas tú del móvil o la tableta?).
- Los niños no deberían tener acceso a las redes sociales. Hay que tener presente que estas plataformas no fueron diseñadas pare ellos, por lo tanto, no están preparados para “moverse” a través de ellas. En el caso de niños algo más mayores que ya cuentan con su propia red (o redes) es fundamental estar bien informado sobre las condiciones de privacidad del sitio (y su alcance). Y recuerda, seguir a un menor en redes sociales a fin de evitarle grandes males como el ciberacoso, la distorsión de la imagen o la hipersexualización, NO es sinónimo de invasión de su intimidad.
Estos son solo algunos puntos que padres, madres y tutores deberían tener en cuenta a la hora de lidiar con peques y aparatos que cada vez vemos con más frecuencia en manos de niños que no llegan a los tres años de edad. De nosotros depende que las nuevas tecnologías sean perjudiciales o beneficiosas para ellos. ¡Por fomentar un uso responsable entre los más pequeños! (Y también los mayores 😉).
Fuentes: saposyprincesas / guiainfantil /serpadres
