Woodstock: el gran canto hippy a la paz

Una granja en el pueblo de Bethel, en el estado de Nueva York. Ese fue el improbable escenario que acogió uno de los festivales de rock más importantes de la historia y emblema del peace and love del movimiento hippy. El festival de Woodstock logró congregar a entre 400.000 y medio millón de personas los días 15, 16, 17 y la madrugada del 18 de agosto de 1969, cuando se esperaba reunir a unos 250.000 espectadores.

Curiosamente, ha sido Woodstock, a 69 kilómetros de distancia, la localidad que pasó a la historia, aunque allí no se afinó ni una guitarra. La razón es que estaba programado que el festival tuviese lugar en Woodstock, pero la oposición vecinal obligó a los organizadores a buscar una ubicación alternativa.

En el festival se dieron cita leyendas del rock como Jimi Hendrix, Janis Joplin, The Who, Carlos Santana o Joe Cocker, entre otros. Más allá de la categoría de los artistas que actuaron esos días de agosto, esa gran fiesta trascendió porque se convirtió en un canto a la paz y el amor. Fue la reacción de decenas de miles de jóvenes ante el establishment en un momento de la historia de Estados Unidos trágicamente marcado por la guerra de Vietnam.

Sexo, arco iris y LSD

Banderas con el arco iris y sexo libre, el símbolo de la paz y LSD, melenas al viento y marihuana… El espíritu del movimiento hippy dominó esos cuatro días de música y celebración, que marcaron a toda una generación y se convirtieron en un símbolo reconocible en todo el planeta.

Michael Wadleigh captó aquella atmósfera en su celebrado documental Woodstock (Woodstock. 3 Days of Peace & Music), editado y montado, entre otros, por Martin Scorsese.

Miguel Ríos nos explica qué significaron esos días de pacifismo y música rock en una granja ignota del estado de Nueva York.

 

WOODSTOCK-MIGUEL RIOS from Chello Multicanal on Vimeo.