Tumbarse a la bartola

Cuando queremos expresar que vamos a descansar y no hacer nada, siempre utilizamos la expresión «tumbarse a la bartola».

Esta expresión tiene su origen en el mundo agrícola. La labranza del campo siempre ha sido un trabajo muy duro, y más en épocas pasadas ya que no se contaba con la maquinaria que hoy en día existe.

La época de siega y recolección del trigo se condensaba en pocas semanas por lo que el trabajo era muy arduo y requería el máximo esfuerzo y mano de obra posibles para que no se desperdiciara el cereal. El día de finalización de la cosecha era en la fiesta de San Bartolomé del 24 de agosto, en el que por fin los campesinos podían descansar y divertirse en las fiestas que se hacían en los pueblos para poder recuperarse antes de la campaña de la vendimia.

«Bartola» no solo hace referencia al diminutivo en femenino del santo del día de finalización de cosecha, Bartolomé (Bartolo), sino que era la forma de llamar a la tripa. Se encuentran escritos de 1780 en el que se utiliza la palabra bartola para referiste a la tripa o panza y al acto de tumbarse sobre la espalda, con la tripa hacia arriba. Hoy en día la RAE ya no recoge «bartola» como vientre, tripa o panza.

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