Todo sobre Lenin, el líder comunista y fundador de la Unión Soviética

Vladímir Ilich Uliánov, más conocido como Lenin, nació el 22 de abril de 1870 y murió el 21 de enero de 1924. Se trata de uno de los personajes clave de la historia reciente al fundar la Unión Soviética. Su interés por la política y las ideas de Marx le llevaron a hacer aportaciones a la teoría marxista.

¿Quién fue Lenin? Su vida en 6 datos

La figura del político es una que aún genera una fuerte controversia. Por un lado, hay quien le desprecia por sus posturas políticas y por contribuir a la fundación de la URSS. Al fin y al cabo, sus 69 años de existencia dejarían un largo reguero de muertos. Por el otro lado, existen personas que casi lo idolatran y que destacan su participación decisiva en la industrialización de Rusia.

Más allá de controversias, es incontestable que el siglo pasado no se podría entender sin su labor. Sin su existencia, la historia reciente hubiera sido muy diferente, en especial en eventos como la II Guerra Mundial. Es por esto que merece la pena ahondar en la vida del líder comunista.

Su nombre

Nació como Vladímir Ilich Uliánov, pero al convertirse en un revolucionario tuvo que buscarse en apodo. El gobierno de los zares controlaba de cerca a la disidencia, lo que le obligaba a actuar con cautela. Para evitar que lo localizaran, tuvo que adoptar un sobrenombre y mantener un perfil lo más bajo posible.

Así que, para evitar que le descubrieran y acabaran por encarcelar, adoptó el nombre de Lenin. Este se relaciona con el río Lena, que se ubica en Siberia. Sin embargo, pese a tratar de mantenerse en el anonimato, fue desterrado a Krasnoyarsk y luego lo expulsaron de Rusia.

Es una figura repleta de sombras

Pese a la importancia del líder político, su imagen en el imaginario colectivo llega a ser muy vaga. Hay quien le considera un espía alemán, un tirano sangriento o que era un parásito más. Además, los detalles de su vida resultan difusos para muchas personas, incluso en la Rusia actual. No existe una comprensión general sobre el personaje ni el legado que ha dejado.

Lo más curioso del asunto es que durante la Unión Soviética se editó una biografía en 12 volúmenes. Al ser el fundador del Estado, se le daba una importancia capital. De hecho, se comentaban pasajes de su vida con tanto detalle que se alcanzaba el hora por hora. Se buscaba dar a conocer cuantos más aspectos mejor, aunque las autoridades soviéticas no consiguieron sus objetivos.

Consiguió salvar un retrato del zar Nicolás II

Debido a la revolución que propicio Vladímir Ilich, la familia Romanov acabó siendo ejecutada. También se cargó contra sus bienes y propiedades, aunque algunos restos sobrevivieron. Tal fue el caso de un retrato del zar Nicolás II, el cual pintó el artista Iliá Galkin. La manera en la que la obra consiguió mantener intacta fue de lo más ingeniosa.

Uno de los compañeros del líder soviético, Vladislav Izmáilovich, tapó la imagen con un retrato de Lenin. El objetivo era que pasara desapercibido de una forma muy inteligente, así que utilizó pinturas lavables. De este modo tan ingenioso, el cuadro permaneció durante 95 años en la escuela número 23 de San Petersburgo. Nadie reparó en la triquiñuela.

No le gustaba la forma que adoptó la Unión Soviética

Aunque participó en su fundación, no le gustaba la forma que adquirió la URSS con el paso de los años. En 1922 descubrió que el Estado soviético era descomunal, cosa que no le terminó de convencer. Su ideal era construir una sociedad no estatal y sin clases, tal y como aspiraba el propio Marx. Sin embargo, consiguió todo lo contrario.

El líder político quería que el Estado se disolviera, así no existiría una máquina de generar violencia y coerción de tal calibre. Al alcanzar tal punto, no se daría la dominación de una clase sobre otra, ni siquiera habría una dictadura del proletariado. No obstante, cuando murió en 1924, la Unión Soviética estaba encaminada hacia el totalitarismo.

Los amoríos

Su vida amorosa también ha despertado numerosos debates, que llevan encendidos desde su muerte. De manera oficial, estaba casado con Nadezhda Krupskaya, pero se rumoreaba que tenía una amante: Inessa Armand. Se trataría de una compañera revolucionaria cuya relación había generado especulaciones. De hecho, cuando ella murió, Vladímir Ilich fue detrás del ataúd aguantándose las lágrimas.

Además, le había dedicado una gran cantidad de cartas, aunque en ninguna se dejó nada claro. La relación parecía estrecha, pero apenas existían pasajes románticos. Uno de los pocos que puede considerarse como tal fue un párrafo, el cual iba seguido por una discusión política.

Más allá de la posible relación amorosa, su esposa fue una gran influencia, pues tenía una fuerte personalidad. Nadezhda era una mujer con una mentalidad independiente, tanto que hablaba con claridad sobre cualquier cosa que le importunara. Por ejemplo, si alguien del círculo de su esposo le disgustaba, no dudaba en comentarlo.

En términos generales, se cree que su influencia era tal que controlaba el círculo de amigos íntimos que tenían en común. Por tanto, si el líder soviético hubiera tenido un amante, su esposa lo hubiera descubierto la aventura. Así que, cabe la posibilidad de que se mantuviera fiel en todo momento.

Su hermano también fue revolucionado

Su hermano mayor, Alexander, participó en un intento de asesinato contra el zar Alejandro III en 1887. Asimismo, formaba parte del grupo Naródnaya Volia, que había conseguido eliminar al anterior dirigente. Sin embargo, en esta ocasión fracasaron y terminaron siendo capturados en el mismo año de la intentona. Por los hechos cometidos, se procedió a ejecutar a los miembros del equipo en la fortaleza de Oreshek. El evento, como no podía ser de otro modo, tendría un fuerte impacto en el líder soviético.

Lenin es uno de los grandes políticos históricos. Sus ideas aún se tienen en cuenta, aunque su figura llegue a ser difícil de conocer. Esto demuestra que fue un individuo complejo y que luchó por sus ideales hasta alcanzar los objetivos se había marcado.