Ser un gallina

¿Por qué se ha relacionado «ser un gallina» con la cobardía, con la falta de valentía?

Algunos historiadores se remontan a la antigua Roma, a la época del emperador Heliogábalo. Este emperador nacido en la actual Siria acabó siendo bastante impopular debido a la toma de algunas decisiones. Una de ellas fue la inclusión del dios El-Gabal, del cual se autoproclamó sumo sacerdote.

Como consecuencia, quiso ser circuncidado junto con algunos de sus hombres de confianza. Según el historiador Dion Casio, llegó incluso a pensar en la castración para ser digno de tal cargo. Al final depuso su pretensión. A raíz de ello, la guardia pretoriana empezó a difamarlo dejando patente su hipotética cobardía. Mediante pintadas en las calles de Roma, los escritores de la época perpetuaron un juego de palabras que con el tiempo se difundió con el nombre del emperador como personaje principal: “Non Helioga(ba)llus sed Heliogallina” (“No es Helioga(ba)llo sino Heliogallina”). Desde entonces, la imagen de la gallina se ha vinculado a la cobardía. Ha llegado incluso al cine en una frase emblemática de Marty McFly de “Regreso al Futuro”: “A mí nadie me llama gallina“.

 

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