Sacajawea

Es muy difícil separar el mito de la realidad a la hora de llevar a cabo una biografía sobre Sacajawea, aunque el esfuerzo merece la pena. Sin duda, un personaje clave en la expedición de Lewis y Clark, lo que le ha otorgado un gran reconocimiento histórico que conviene que recordemos.

Primeros años

La mayoría de los historiadores creen que Sacajawea nació en el año 1788 en algún lugar entre Idaho y Montana, Estados Unidos. La teoría más extendida habla de Lemhi River Valley, aunque es difícil decirlo con certeza.

Lo que está claro es que se trató de una india shoshone que, en el año 1800, fue capturada por un grupo de asalto Hidatsa. La hicieron esclava y la llevaron hasta Knife River, en lo que hoy se conoce como Dakota del Norte.

Una vez allí, Sacajawea fue vendida a Toussaint Charbonneau, un cazador y comerciante de pieles de origen francocanadiense. Poco después, a pesar de haber contraído previamente matrimonio con otra india shoshone, la tomó como esposa.

Su papel en la expedición de Lewis y Clark

Sacajawea residía en una de las aldeas Mandan-Hidatsa cuando Meriwether Lewis y William Clark, dos exploradores como James Cook o Cristóbal Colón, llegaron en 1804. Su objetivo era pasar el invierno antes de emprender rumbo al océano Pacífico. Para ello, construyeron Fort Mandan y contrataron a Toussaint Charbonneau como intérprete.

Sin embargo, Charbonneau no hablaba el idioma de los shoshones, por lo que ofreció llevar a su esposa. Ambos exploradores la necesitaban para comprar caballos con los que cruzar las montañas. Por aquel entonces, Sacajawea estaba embarazada, y aunque podía suponer un problema, acabó por acompañarles.

El comienzo de la expedición

La joven indígena dio a luz el 11 de febrero de 1805 a un hijo que llamó Jean-Baptiste. Por suerte, se recuperó rápidamente para continuar con la expedición.

El 7 de abril de ese mismo año, el grupo de exploradores comenzó a ascender las aguas del río Missouri. No obstante, fue el 14 de mayo cuando sucedió un episodio clave en su historia. Ese día, su esposo volcó el bote en el que viajaba Sacajawea junto a su hijo.

Aunque parezca sorprendente, Sacajawea mantuvo la calma y, tras poner a su hijo a buen recaudo, logró salvar todo tipo de objetos valiosos para la expedición: libros, instrumentos de navegación, medicamentos, provisiones, etc. Este episodio le otorgó definitivamente el cariño de Lewis y Clark, que quedó patente en un hecho simbólico: llamaron a un afluente del río Montana como Bird Woman’s River en honor a ella (su nombre, en lengua Hidatsa, se traduce como “mujer pájaro”).

El papel de Sacajawea fue mucho más allá

Lewis y Clark reflejan en los diarios de su expedición como Sacajawea les ayudó de múltiples formas durante la ruta. Principalmente, lo hizo buscando plantas comestibles y confeccionando prendas de ropa y calzado. También ayudó a que los hombres no fuesen vistos como una amenaza al toparse con otros pueblos nativos americanos.

No olvidemos que Sacajawea fue llevada a la expedición con el objetivo de comprar caballos a los shoshones. Ese momento llegó a mediados del mes de agosto de 1805, en el que jugó un papel clave negociando con su hermano, Cameahwait. Gracias a ella, la expedición de Lewis y Clark pudo cruzar las Montañas Rocosas y llegar a la costa del Pacífico.

El final de la expedición

Al llegar a la costa del Pacífico, Sacajawea y su marido habían cumplido su función. Aun así, la mujer aconsejó a Lewis y Clark dónde debían pasar el invierno. Tras hacerlo, ambos decidieron regresar a las aldeas Mandan-Hidatsa, no sin antes percibir el pago prometido: 130 hectáreas de terreno y 409,16 dólares de la época.

Sin embargo, William Clark estaba tan agradecido a Sacajawea que quiso prestar más ayuda a la familia. ¿Cómo? Ofreciendo a Charbonneau un puesto permanente como intérprete y comprometiéndose a educar a su hijo, Jean-Baptiste. Parece ser que el explorador se había encariñado mucho con él.

En 1809, cuando el niño había cumplido cuatro años, el matrimonio fue a San Luis para entregarle a Clark a Jean-Baptiste, que asumió inmediatamente su tutela.

Muerte y homenajes

Sacajawea falleció el 20 de diciembre de 1812 en Fort Manuel, Dakota del Sur. Habían pasado pocos meses del nacimiento de su hija, Lisette. Al enterarse, Clark no dudó en hacerse cargo de ella también. Las causas de la muerte se desconocen.

Desde entonces, la mujer ha sido homenajeada en multitud de lugares con monumentos, estatuas y sellos. El ejemplo más claro es Sacajawea de los shoshones, que se erige en la reserva shoshone de Lander, Wyoming. No obstante, los dos reconocimientos más importantes llegaron en el siglo XXI.

En el año 2000, la Casa de la Moneda de los Estados Unidos acuñó una moneda dorada de un dólar con su rostro, aunque se trató de un objeto de coleccionista que no estuvo accesible para el gran público. Asimismo, en 2001 le concedió la condecoración póstuma como sargento honorario del ejército regular.

Leyendas y mitos sobre Sacajawea

La poca información existente acerca del papel de Sacajawea en la expedición de Lewis y Clark ha dado lugar a la aparición de muchos mitos. El más importante es que mantuvo una relación romántica con Clark, lo que llevó al explorador a hacerse cargo de la tutela de sus hijos. Sin embargo, se considera absolutamente falso.

Otro afirma que Sacajawea no falleció en 1812, sino en 1884. El responsable de esta leyenda fue el reverendo John Roberts, que afirmó haber realizado su funeral cuando era una anciana. De aquí nació la historia de que abandonó a su esposo y se unió a una de las muchas tribus de las Grandes Llanuras.

Como ves, Sacajawea fue una figura indispensable para que Lewis y Clark pudiesen alcanzar el objetivo de su expedición. Este no era otro que atravesar las Montañas Rocosas y alcanzar la costa del Pacífico. Así quedó evidenciado en los diarios de esta pareja de exploradores que le confieren el lugar en la historia que merece.

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