¿Qué tienen en común todos los dictadores de la historia?

Hay muchas cosas que los dictadores de la historia han tenido en común, y no solo las ansias de poder o los genocidios. Podríamos hablar de infancias duras, trastornos psicológicos, psicopatías o haberse encontrado en situaciones idílicas para ascender al poder, como guerras o épocas de escasez económica.

Muchas dictaduras como las de Hitler, Franco, Mussolini, Stalin o Auguste Pinochet están cargadas de barbarie, pero ¿Cómo una persona puede llegar a convertirse en eso?

Infancia y otros factores

Un estudio concluye que la mayoría de los dictadores llegan a la edad adulta llenos de fisuras psicológicas, al haberse criado en entornos poco favorables para la educación de un niño.

En el caso de Hitler, por ejemplo, fue un niño bastante querido y deseado en su familia, pero el entorno familiar supeditado a la figura autoritaria de su padre hizo que prácticamente se criara en una dictadura. Según la psicoanalista Alice Miller, “La estructura familiar puede ser considerada como el prototipo del régimen totalitario. La única autoridad indiscutible, y a menudo brutal, era la del padre. La mujer y los hijos estaban totalmente sometidos a su voluntad…”

Otro caso más notorio sería el de Stalin, en este caso sí que tuvo una infancia increíblemente difícil y llena de violencia, con abusos recurrentes de su padre que le propiciaba palizas constantemente.

La autora Véronique Chalmet muestra que todos llegan a la edad adulta llenos de frustraciones y desequilibrios, son incapaces de establecer relaciones humanas de una manera normal. Todos estos “fracasados sociales” se encontraron con situaciones de crisis y en contextos históricos particulares.

Otro factor que debemos destacar es el ser hombres. Es un hecho que siempre ha sido más fácil para el genero masculino llegar al poder. Por ello, es más fácil que sea un dictador al que sigan y hagan caso las masas, convirtiéndolos incluso en figuras veneradas. En cualquier caso, por prejuicios y diferencia del tratamiento del género femenino, en la sociedad habría sido casi imposible que una mujer llegara a ser dictadora por mucho que compartiera la infancia y las psicopatías de los hombres.

¿Cómo es un dictador cuando llega al poder?

Hablando ya de la edad adulta, durante muchos años diversos expertos se preguntaron si la mente de un dictador podía funcionar de manera diferente, y es que cumplían unos rasgos de personalidad específicos que con el contexto adecuado iban a degenerar en lo peor. Un rasgo recurrente que se suele atribuir a estos sujetos es el trastorno de personalidad narcisista, el cual estadísticamente se da con más frecuencia en hombres que en mujeres. Estos lideres con dicha visión narcisista son prepotentes, confían plenamente en sí mismos, saben manipular, saben mantenerse fríos en situaciones de estrés y no tienen empatía. Hitler era bipolar y sufría paranoias y complejos. El psicoanalista Erich Fromm definió a Stalin como un «sadista refinado«.

El psiquiatra Gustav Bychowski detalló en su libro «Psicología de los dictadores» como era el ascenso de estos sujetos, influenciados por ciertos factores psicológicos dentro del colectivo favorecían el ascenso dentro de la dictadura, se gana la confianza del grupo y luego estos lo veneran, al final acaban envolviendo al líder en lo que se refiere como “un aura mitológica”.

Conclusión

Está claro para convertirte en un dictador y un genocida se tendrán que ver bajo muchas influencias, como hemos destacado: factores culturales, cuestiones de género, en algún caso el factor biológico, la infancia y el entorno donde crece el sujeto y otras enfermedades mentales. Todo esto puede llegar a su culmen cuando llegan al poder, es ahí cuando puede darse rienda suelta a la locura.