Pender de un hilo

Tal y como indica la RAE, la expresión pender de un hilo indica un gran riesgo o amenaza de ruina de algo.

Pero ¿cuál es su origen? La expresión «pender de un hilo» surge de la mitología clásica. La vida del ser humano era controlada por tres hermanas hilanderas conocidas como “las Parcas” (Moiras para los griegos y Nornas para los escandinavos). Sus nombres eran Nona, Décima y Morta. Controlaban y tejían el metafórico hilo de la vida de cada mortal o inmortal desde su nacimiento hasta su muerte. Eran las diosas del destino, Fatum.

Cada una de ellas tenía confiada una misión: cuándo nacería la persona, cómo sería su vida y cuándo moriría. Y en función de eso hilaban utilizando el hilo blanco que lo mezclaban con hilo de oro o hilo negro. Usaban el hilo de oro para los momentos felices y el negro para los tristes.

Nona, que decidía el destino de los hombres, hacía girar la rueca, Décima, que determinaba el futuro de las personas, medía la longitud de lo que debía durar la vida y Morta era quien cortaba el hilo en el momento en que debía acabar su vida.

Por esta razón, la vida de los mortales pendía de un hilo y estas divinidades controlaban el destino de cada uno. Incluso los propios dioses las temían y estaban sometidos a las intenciones y arbitrariedades de las Parcas.

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