Obras son amores y no buenas razones

El origen de la expresión obras son amores y no buenas razones es difícil de encontrar, ya que es uno de esos refranes populares que se hunden en las raíces mismas de la lengua castellana. Con todo, es importante comprenderlo y atender a parte de su historia.

Qué significa el dicho obras son amores y no buenas razones

El significado de esta expresión está muy claro. En primer lugar, hace referencia a la relación amorosa entre dos personas; una relación en la que la única prueba válida de lo que se siente son las acciones, y no las palabras. Y, aunque en un principio el dicho estuvo relacionado con las relaciones románticas, lo cierto es que en la actualidad se puede usar también para otras cosas. Por ejemplo, es muy habitual utilizarlo para pedirle a alguien que mantenga la coherencia entre lo que dice y lo que hace, algo que no siempre sucede.

En cuanto a su origen, este es complicado de determinar. Lo cierto es que parece uno de esos refranes que surgen de forma popular y anónima, y encuentran su sitio en el uso de la lengua a lo largo de los siglos. Se trata de una expresión que incluso ha servido como título para obras de escritores tan insignes como Lope de Vega, por lo que es seguro que el uso de esta fórmula proviene, al menos, de un momento anterior a él.