Muhammad Ali, «The Greatest»

Desde su nacimiento como Cassius Marcellus Clay Jr. en Louisville (Kentucky) el 17 de enero de 1942, hasta su muerte el 3 de junio de 2016, la leyenda del boxeo Muhammad Ali ha pasado toda su vida luchando. Y no solo contra sus oponentes en el ring -que también-, sino contra prejuicios raciales y religiosos, o incluso el gobierno de los Estados Unidos, por poner algunos ejemplos, que por lo general ganó. Su récord de 56 victorias y solo 5 derrotas se encuentra entre las mejores gestas de la historia del boxeo.

El fallecimiento del ‘gran Ali’ deja un vacío en el mundo del deporte que, tal vez, nunca se llenará y un legado con huella en otros ámbitos, como la justicia social, la política, la religión y la cultura popular.

Su historia comienza en 1954, cuando tenía 12 años. Al joven Cassius le habían robado la bicicleta y estaba dispuesto a propinarle una paliza al ladrón. Un policía de Louisville, el oficial Joe E. Martin, escuchó su pretensión y le sugirió que primero aprendiese a boxear. Martin se convertiría en su entrenador y los siguientes seis años fueron una verdadera muestra de habilidad, determinación, ética y trabajo que finalizarían con la medalla de oro conseguida en los Juegos Olímpicos de Roma en 1960.

Tras volver de Roma, Cassius se encontró con el prejuicio racial de ser negro en Estados Unidos al negársele el servicio en un restaurante de Kentucky. Este incidente le serviría para hacer hincapié en sus ideas y los sentimientos que más tarde influirían en algunas de las decisiones más cruciales de su vida.

No obstante, Cassius Clay estaba en pleno ascenso. En octubre de 1960 ganó su primera pelea profesional y cuatro años más tarde ya había realizado un impresionante registro: 19 victorias por 0 derrotas (15 por nocaut). Su desenvoltura y agilidad tanto dentro como fuera del ring le llevaron a conseguir el título mundial con 22 años, tras ganar en seis asaltos a Sonny Liston. Después del combate declaró su conversión al islam y un mes más tarde anunció su nuevo nombre, Muhammad Ali.

El campeón del mundo pasó los siguientes años defendiendo con valentía su título de boxeo y sus creencias, hasta que se topó con su mayor reto hasta la fecha: en 1966 fue reclutado por el Ejército de los Estados Unidos para combatir en la guerra de Vietnam. Ali manifestó su objeción de conciencia, exponiendo su famosa frase: “No tengo nada en contra de los Vietcong”. Igualmente, en su ceremonia militar se negó a dar el paso al frente e, inmediatamente, fue detenido. Ese acto de rebeldía también le ocasionó la prohibición de pelear en territorio norteamericano y, más tarde, la pérdida del título mundial (en favor de Joe Frazier) y su licencia de boxeo.

En este sentido, Ali fue adquiriendo popularidad a medida que la oposición a la guerra de Vietnam crecía en Estados Unidos. Expulsado del ring, ahora ofrecía conferencias en colegios y universidades de todo el país.

En 1971, el Tribunal Supremo revertiría su condena y le devolvería la licencia de boxeo. En los próximos años, Muhammad Ali efectuó las mejores peleas de su exitosa carrera y, posiblemente, el choque más famoso de todos los tiempos. El 8 de marzo de 1971, Ali protagonizó junto a Joe Frazier en el Madison Square Garden de Nueva York el que sería denominado “the Fight of the Century” -el Combate del Siglo-. Ali perdió la pelea por decisión técnica, pero cuatro años más tarde tuvo la oportunidad de tomarse la revancha: mismo sitio misma ciudad.

Asimismo, Muhammad Ali protagonizó otras disputas emocionantes. En 1974 derrotó a George Foreman, regresando a lo más alto del boxeo mundial. Un año más tarde volvió a ganar a Frazier. En 1978 fue derrotado y despojado de su título por Leon Spinks, al que vencería siete meses después. Finalmente, en 1981, tras haber perdido contra Larry Holmes (1980) y Trevor Berbick (1981) decidió colgar los guantes a los 39 años.

Uno de los episodios más tristes de su vida se produjo en 1984, cuando le diagnosticaron Parkinson. Este trastorno neurológico conduce con el tiempo a una incapacidad progresiva. Sin embargo, aunque su condición física empeoró, nunca desvaneció su espíritu de lucha: se dedicó a obras de caridad, promocionó los Juegos Paralímpicos, creó el Centro de Investigación de Parkinson Muhammad Ali,…

Después de su larga batalla contra el Parkinson, el ‘gran Ali’ murió el 3 de junio de 2016 a las 21:10h. en Phoenix (Arizona), debido a un choque séptico provocado por causas naturales no especificadas.

Muhammad Ali, lanzó varias veces una pregunta al aire: “¿Van a tener otro boxeador que escribe poemas, gana a todo el mundo, hace reír y llorar a la gente, es tan alto y tan guapo como yo?”. En los próximos días y décadas, mientras el mundo mira hacia atrás y toma medida de su impacto, la respuesta casi segura será unánime, “No”.