A lo largo de la Historia, muchos han sido los casos de personas, que llevadas por un impulso o su propia la naturaleza han perpetrado numerosos crímenes sembrando el pánico en la sociedad.
El carnicero de Milwaukee
Jeffrey Dahmer, como se llamaba en realidad, fue uno de los asesinos en serie más sanguinarios de EE.UU. Asesinó a 17 personas en las que descargó su ira caníbal e incluso llegando a desmembrarles.
Charles Manson
Fue uno de los asesinos en serie más mediáticos al asesinar a la novia del director Roman Polanski, embarazada de ocho meses. Lleva desde 1971 arrestado y aún hoy sigue teniendo una amplia base de seguidores que le escriben con asiduidad.
El asesino del zodiaco
Entre 1968 y 1969, una oleada de crímenes que parecían no tener conexión, asoló el norte de California. Una carta enviada por el propio asesino conectó más de 37 víctimas, aunque solo pudieron cerciorarse al 100% de siete.
El mayor sospechoso fue Arthur Leigh Allen, quien fue absuelto por falta de pruebas y falleció en la década de los 90.
El vampiro de Düsseldorf
Peter Kürten asesinó a nueve personas, aunque lo intentó con otras siete. Además, se le atribuyen más de 80 violaciones. Destacaba su saña con las víctimas, ya fueran mujeres como niños. Después de torturarlas y matarlas, se bebía su sangre, lo que le hizo apodarse El vampiro de Düsseldorf.
Detenido y sentenciado a muerte, falleció por guillotina en 1931. Su última voluntad fue que después de ser decapitado todos mantuvieran silencio para así escuchar como goteaba su propia sangre.
El carnicero de Rostov
Andrei Chikatilo sembró el pánico en tierras soviéticas desde 1978 a 1990. Durante esos años, asesinó a 52 mujeres y niños. Estuvo entrando y saliendo de la cárcel durante años, al no poder encontrar pruebas concluyentes. Tras una operación policial magistral, fue detenido en 1990. Murió ejecutado por un disparo.
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