Llegada a la Luna: creencias y conspiraciones

Con el 53 “cumpleaños” de uno de los hitos más importantes de la humanidad, la llegada a la Luna, resurgen de nuevo las oscuras teorías de la conspiración que aseguran que nunca ocurrió, que fue todo un montaje. En realidad, llamarlo teoría, y según los críticos, no es técnicamente correcto, puesto que al no ser falsable, corresponde llamarlo “creencia” y no teoría.

Todo esto no es nuevo ya que casi desde el mismísimo momento en el que el Eagle posaba sus patas sobre nuestro satélite, comenzaron a surgir este tipo de creencias basadas en supuestas pruebas. Estas “demuestran” que en realidad no se llegó a la Luna y que fue todo un montaje del gobierno de los Estados Unidos para lograr una ansiada victoria en la carrera espacial contra la URSS. Lo cierto es que estratégicamente Estados Unidos necesitaba una victoria, ya que hasta la fecha había sido la URSS quienes habían conseguido poner un satélite en órbita, mandar a un hombre al espacio y el primer paseo espacial. Ganaban la carrera por mucha distancia. Finalmente el 21 de julio (hora española) de 1969 la NASA conseguía poner a un hombre en la luna eclipsando, a golpe de retransmisión televisiva, todo lo conseguido por los rusos hasta el momento.

Estas son algunas de las supuestas pruebas que, según los defensores de la creencia de la conspiración, mandan al cajón de las falsificaciones la llegada a la Luna:

SOMBRAS

“En las fotografías existentes realizadas sobre la superficie lunar, las sombras que proyectan los objetos no son paralelas”. “Esto es debido a que hay más focos de luz que el propio Sol”. Según los conspiracionistas, todo fue grabado en un estudio de cine, y las imágenes están iluminadas de manera artificial, por ello los objetos reflejan sombras paralelas. Los expertos han explicado el porqué infinidad de veces (al igual que el resto de “acusaciones”). Las sombras de varios objetos en un mismo espacio no son necesariamente paralelas en un terreno irregular, como en el caso de la superficie lunar. Además, en la Tierra puede ocurrir el mismo efecto, llamado “efecto perspectiva”. Con el paso de los años, las imágenes han sido reproducidas y retocadas infinidad de veces, lo que puede llevar a variaciones con respecto a las originales y crear un efecto llamado “efecto foco” en el que da la sensación de una iluminación artificial, de estar realizado en un plató.

HUELLAS

Las pisadas que Armstrong y Aldrin dejaron sobre la polvorienta superficie lunar también han sido usadas como supuesta prueba de que todo es un montaje. Según los ideólogos de la conspiración, una huella solo es posible imprimirla sobre una superficie con humedad, y en la luna, al no existir atmósfera, no existe humedad. Lo cierto es que para dejar una huella sobre una superficie arenosa, generalmente es necesario cierto nivel de humedad, ya que los granos que forman la arena o el polvo están erosionados por efecto del aire o del agua y no hay fricción suficiente entre ellos como para mantenerse estables en una posición. Lo que sucede en la Luna es que las partículas de polvo que forman la superficie no han sufrido erosión por aire ni agua por lo que, al tener aristas y vértices, sí existe una mayor fricción y tienen mayor capacidad de “engancharse” unas a otras, manteniendo una posición sin necesidad del efecto de la humedad.

RETRORREFLECTORES

Las misiones Apolo 11, 14 y 15 dejaron en la Luna varios retrorreflectores con el objetivo de poder medir la distancia exacta entre la Tierra y el satélite reflejando rayos láser. Tal y como argumentan los conspiranoicos, estos retrorreflectores fueron dejados previamente a la misión Apolo 11 en misiones no tripuladas. En realidad no hay pruebas de que esas misiones no tripuladas tuvieran lugar.

MATERIAL LUNAR

Otro de los hechos que demuestran la veracidad de la llegada a la luna el 21 de julio de 1969 y en las misiones consiguientes, es la cantidad de material en forma de arena y rocas que se ha traído desde allí. En concreto existen más de 300 kilos de material, el cual ha sido analizado cientos de veces por científicos de todo el mundo. Y ¿qué dicen los que argumentan que no se llegó a la luna? Que este material es una réplica exacta fabricada en nuestro planeta. Lo cierto es que este material es imposible de replicar ya que los isótopos que contiene existen en proporciones diferentes que las rocas terrestres.

BANDERA

Esta es una de las cuestiones más discutidas por los defensores de la existencia de una conspiración. Su pregunta es ¿por qué ondeaba la bandera clavada en la superficie lunar si allí no hay viento? A pesar de ser una de las más discutidas, es una de las más sencillas de responder, y así lo han hecho cientos de veces científicos de todo el mundo. La bandera no ondeaba, lo que aparentemente son formas producidas por el viento son arrugas producidas durante el viaje, ya que se transportó plegada. Además, la bandera se mantenía recta gracias a un poste situado a 90 grados del poste principal.

El falso documental llamado Operación Luna en el que se decía que Stanley Kubrick había sido quien había rodado las imágenes del viaje en un plató, causó que otras publicaciones que ya habían causado revuelo con anterioridad recobraran fuerza y mantuvieran la llama de la conspiración encendida. Una de las publicaciones más notorias y que dio el pistoletazo de salida a todos los conspiranóicos fue el libro escrito por Bill Kaysing: We Never Went to the Moon: America ‘s Thirty Billion Dollar Swindle (Nunca fuimos a la Luna: La estafa americana de treinta mil millones de dólares). Fue publicado en 1976 y a su autor se le considera el padre de la hipótesis del fraude lunar.

En este artículo hemos mencionado solo algunas de las supuestas pruebas que se utilizan para “demostrar” que nunca se llegó a la Luna. Pero al igual que los defensores de esta creencia existen, también hay detractores que defienden con uñas y dientes la veracidad del viaje. Uno de ellos es Phil Plait, astrónomo y profesor, que mantiene una web llamada badastronomy.com, que además de cuestiones de divulgación científica, se dedica a echar por tierra todas esas “teorías” de la conspiración.

Uno de los argumentos que se utilizan para refutar este tipo de teorías es que, si la URSS y Estados Unidos estaban en plena guerra fría, los rusos se hubieran encargado de desmontar con pruebas la llegada a la Luna, ya que supuso un mazazo para los soviéticos en la carrera espacial.