Las croquetas

El origen de las croquetas españolas no está en España. Las primeras croquetas vieron la luz en una época de hambruna en Francia, como una elaboración humilde… Aunque poco tardaron en asaltar la mesa de los reyes y nobles del momento.

La historia de las croquetas

El origen exacto de las croquetas hay que buscarlo en torno a los siglos XVII y XVIII. En aquel entonces, toda Francia atravesaba una época de hambruna en la que la harina era de los pocos productos que abundaban. De esta forma surgió la idea de recubrir con ella las carnes sobrantes de los cocidos para no desperdiciar nada. Pero resultó que, una vez fritas, las croquetas resultaban un bocado crujiente, delicioso y contundente que era capaz de mantener en pie al más pintado.

Se sabe con certeza también que fue Antonin Carême quien la introdujo entre los nobles, hacia finales del siglo XVIII. Este era uno los chefs más reconocidos del momento, y cualquier plato que saliese de su cocina era aclamado por unanimidad. De esa forma la croqueta rompió la rígida estructura social de la época, convirtiéndose en un plato que podía ser comido por campesinos o por nobles, e incluso reyes, indistintamente.

Desde su Francia original, la croqueta se extendió por el mundo en diversas formas. Y también ha sido mejorada en muchos países, como España, donde ha alcanzado una nueva dimensión.