La sopa de ajo

El frío siempre nos devuelve el sabor de platos tradicionales como la sopa de ajo. Pero ¿te has preguntado alguna vez de dónde procede este plato? Aquí te lo vamos a mostrar, y es que el origen de la sopa de ajo tiene tanta historia como sabor.

Las sopas de ajo: un plato muy humilde

La misma receta sopa de ajo nos habla ya de cómo tuvieron que ser sus orígenes. Es de lo más humilde que pueda imaginarse, pues ingredientes como el pan duro y los ajos eran consumidos por los más pobres. De esta forma, la sopa de la que hablamos nació como un recurso para aprovechar los humildes ingredientes que había a mano.

Su nacimiento se produjo entre los campesinos y los pastores. Concretamente, los que habitaban en Castilla La Vieja y León. En estas regiones el frío suele ser muy intenso, y la sopa de ajo alimentaba y calentaba. Tal es la identificación entre la región y el plato que muchos llaman a esta sopa «sopa castellana».

Sin embargo, hay alguna diferencia entre sopa de ajo y sopa castellana. Los ingredientes son los mismos, pero la castellana tiene que prepararse con más agua para dar lugar a un caldo más fino.

Con todo, ambas sopas tienen en común ser platos humildes y potentes capaces de alimentar a campesinos y a reyes por igual.