La sombrilla

La sombrilla es un objeto imprescindible en nuestras vidas desde hace muchos más años de los que podrías pensar. Ya sea para usarla en la playa, en las terrazas o para pasar un día en el campo, su cometido es claro: protegernos de la luz del sol directo y hacer más llevaderos los días veraniegos.

El origen de la sombrilla

Tiene su origen en la antigua civilización china, creadores también del paraguas. Tan solo podían utilizarlas las personas de clase alta, siendo un sirviente el que las portaba.

La expansión de la sombrilla fue rápida, llegando a Roma, Grecia o Persia entre otros. Aunque los chinos también tenían la versión contra la lluvia, el único que llegó a las citadas civilizaciones fue la versión contra el sol.  En el antiguo Egipto era un símbolo de distinción y clase, por eso era habitual ver a un esclavizado protegiendo a su amo con él. Además tenía connotaciones religiosas ya que era una representación de la diosa Nut. Esta cubría la Tierra protegiendo la cabeza de los nobles.

En Grecia o Roma la sombrilla era exclusiva para las mujeres de alta alcurnia y podían incluso ser llevadas por ellas mismas, una vez más denotaba la clase social de quién lo llevaba.

 

 

La sombrilla hoy

Durante siglos cayó en el olvido hasta que en el siglo XV volvió a resurgir. Era considerada un objeto de lujo y a pesar de las limitaciones, los artesanos se afanaban en intentar adornar las telas que utilizaban para su confección así como el mango de madera.

Las jóvenes paseaban con ellas y las abrían cuando el sol brillaba. Una tez blanca era muy apreciada y cuidada. Una tez blanca era símbolo de clase alta, de gente que no trabajaba en la calle o en el campo.

A partir del año 1900 su uso fue decayendo, quedando en una utilización funcional para personas que trabajaban largas horas bajo el sol o cuando la gente comenzaba a ir a piscinas y playas.

Hoy en día es raro ver a alguien con una sombrilla paseando por la calle, ya que contamos con otros objetos contra el sol como puede ser la crema solar, las gafas o los sombreros y gorras. Además el bronceado ya no entiende de clases sociales. Actualmente las sombrillas las vemos en la playa y los chiringuitos, en las terrazas de hostelería o las que usan los jugadores de golf y tenis cuando el sol es intenso.