La inauguración del Coliseo

¿Os imagináis una fiesta que durase 100 días? Pues esto es lo que duraron los fastos inaugurales del Coliseo, una de las maravillas de la Roma Imperial, que se llevaron a cabo en el 80 dC, bajo el mandato del emperador Tito. Cien días en los que se organizaron combates de gladiadores, luchas entre animales, representaciones mitológicas, ejecuciones y hasta batallas navales, que sirvieron para presentar al pueblo el mayor anfiteatro jamás construido.

El emperador Vespasiano, padre de Tito, fue quien inició las obras de este enorme edificio, con capacidad para 50.000 personas en 80 filas de gradas. Se construyó sobre parte de las ruinas de la Domus Aurea, el fastuoso palacio que el emperador Nerón se hizo construir para su gloria personal tras el incendio de Roma. Su nombre original, anfiteatro Flavio (en honor a la dinastía de emperadores que lo mandó construir), fue sustituido por el de Coliseo por una gran estatua de bronce de Nerón, el coloso, que no se conserva. Fue, pues, un regalo del emperador para su pueblo.

Las obras duraron casi 10 años. Fue Tito, el hijo de Vespasiano, quien tuvo el honor de inaugurarlo con una serie de celebraciones que se alargaron más de tres meses. Según algunos cronistas, sobre todo el poeta Marcial, se mataron hasta 9.000 animales, entre elefantes, grullas, leopardos, un tigre, liebres, osos, toros, un rinoceronte, un búfalo y un bisonte. Según parece, a mediodía se celebraban las ejecuciones de los desertores, criminales y prisioneros de guerra, que a menudo debían enfrentarse a animales salvajes. El público, que asistía con júbilo a estos actos, recibía también sus premios en forma de pelotas de madera en las que se inscribía el premio: comida, ropa, animales, vasijas de oro y plata… o esclavos.

Luchas de gladiadores y batallas navales

El Coliseo fue también el escenario de una lucha de gladiadores que ha pasado a la historia. Este tipo de luchas eran muy frecuentes en la época romana, pero no lo era tanto que ambos gladiadores salieran victoriosos. Pero Vero y Prisco lucharon con tanto ahínco y valentía que, ante la imposibilidad de elegir a un vencedor, Tito decidió perdonarles la vida a los dos.

También fue excepcional una de las llamadas naumaquias o batallas navales, las recreaciones históricas de grandes enfrentamientos en los que la arena del Coliseo se llenaba de agua. Aunque algunas fuentes discrepan, parece que el anfiteatro acogió espectaculares batallas acuáticas, como la batalla de los “atenienses” contra los “siracusianos”, en la que participaron 3.000 hombres. Fue, sin duda, la más espectacular y la más digna de un acontecimiento como la inauguración de este gran patrimonio de la humanidad.

El ciclista Perico Delgado nos cuenta cómo fue la fiesta.

COLISEO-PEDRO DELGADO from Chello Multicanal on Vimeo.