La energía eólica

El origen de la energía eólica se pierde en la noche de los tiempos, y es que la humanidad siempre ha sabido servirse del viento para mover barcos de vela o molinos destinados a moler grano. Sin embargo, más que en los molinos de viento, aquí vamos a ver el origen de los aerogeneradores que hoy dan electricidad en muchas partes del mundo.

El origen de la energía eólica

Como apuntamos, la transformación del viento en otras formas de energía se conoce desde hace siglos. Ya en el año 5000 a. C. los egipcios usaban el viento para mover grandes barcos de vela por el Nilo. Y en el 200 a. C. se tiene constancia de la existencia en China de molinos de viento con los que mover el agua de los ríos.

Pero aquí nos interesa el momento en el que la humanidad descubrió que el viento podía servir para producir energía eléctrica a través de los aerogeneradores. Esto tuvo lugar en 1887 y fue responsabilidad de Charles F. Bush, científico estadounidense que creó la primera turbina eólica. Un artilugio que estuvo en funcionamiento nada menos que 20 años cargando de electricidad las baterías instaladas en la casa del propio inventor.

Desde entonces, el diseño de las turbinas no ha dejado de mejorar. Se ha conseguido así que su eficiencia hoy sea enorme y que muchos países aprovechen esta fuente limpia de energía.