Jane Austen: Una mujer adelantada a su época

Tal día como hoy, en 1755, nació Jane Austen en la parroquia de Steventon, en Basingstone (Inglaterra). Era la séptima de ocho hermanos y se crió en un ambiente apacible y tranquilo, aunque bastante severo. Su vida, exenta de aventuras o episodios destacados, contrasta con la de las protagonistas de sus novelas.

Austen es una de las grandes novelistas de la historia. De prosa elegante, fluida y con cierto tono sarcástico, aborda con detalle, humor y capacidad de observación conflictos románticos diseñados con perspectiva femenina, inteligencia e ironía.

Jane Austen es conocida por todos los amantes de la literatura. Protagonista hoy de estas citas célebres, para recordar a una mujer que estuvo adelantada a su época y con todas las restricciones que esto implicaba logró perdurar a través de la historia:

La mitad del mundo no puede entender los placeres de la otra mitad.

 

Si hay una facultad de nuestra naturaleza que puede considerarse maravillosa, es la memoria.

 

La sabiduría es mejor que el ingenio y, a la larga, sin duda tendrá la risa de su lado.

 

Siempre es incompresible para un hombre ver cómo una mujer rechaza una oferta de matrimonio.

 

Las tonterías dejan de serlo cuando son realizadas de forma atrevida por gente con sensibilidad.

 

Del pasado no hay que recordar más que lo placentero.

 

Los sentimientos son absurdos. Y si piensas en el sexo de aquellos a los que se dirigen, son una auténtica locura.

 

A veces la última persona en el mundo con la que no quieres estar es la única sin la que no puedes estar.

 

Hay personas que mientras más se haga por ellas, menos harán por sí mismas.

 

Me maravillo a menudo de que la Historia resulte tan pesada, pues gran parte de ella debe de ser mera invención.

 

La amistad es el mejor bálsamo para las heridas que produce en el alma un amor mal correspondido.

 

La imaginación de una mujer es excesivamente rápida. En un momento salta de la admiración al amor y del amor al matrimonio.

 

Estar bien informados nos impide alimentar la vanidad ajena, lo cual el buen sentido aconseja evitar.

 

Estoy dispuesta a actuar de la manera más acorde, en mi opinión, con mi futura felicidad, sin tener en cuenta lo que usted o cualquier otra persona igualmente ajena a mí, piense.

Fuente: https://www.janeausten.org/