No dar un palo al agua

Es probable que alguna vez te hayan dicho que «no das un palo al agua» o quizá hayas sido tu quien se haya visto en la tesitura de expresarte en estos términos. Esta expresión la utilizamos con facilidad para referirnos a la falta de esfuerzo y trabajo… Ser un vago, vaya. Pero ¿de dónde viene? ¿Quién tiene que dar con un palo en el agua? y ¿qué tiene que ver con trabajar?

Si te decimos que con palo nos referimos a un remo, la cosa cambia. Y es que esta expresión proviene del mundo marítimo. No se conoce la época concreta en la que está expresión comenzó a ser utilizada pero se sabe que, en la antigüedad, cuando las embarcaciones se movían a base de tracción humana, ya se podía escuchar.

 

 

Cuando algún remero, ya fuera por agotamiento o por exceso de confianza, dejaba de remar, sus remos no tocaban el agua, y de ahí la expresión «no dar un palo al agua».