Los bisnietos del primer asesino en serie de EEUU solicitaron la exhumación del cadáver de H.H. Holmes ante la sospecha de que el cuerpo enterrado no fuese el suyo.
Es curioso que lo que llevó a la cárcel a Holmes no fueran los asesinatos, sino sus estafas. Su avaricia y su ansia de conseguir dinero fueron su perdición. Hagamos un repaso de su caso.
El juicio de Holmes tan solo duró seis días. Lo que iba a ser un juicio por estafa se transformó en uno por asesinato en serie. Los agentes que llevaban la investigación acudieron al hotel en busca de pruebas de sus estafas y se dieron de bruces con restos humanos por todas partes, trampas mortales, cámaras de tortura, etc. Habían dado con el Castillo de Holmes, construido para torturar y matar.
H.H. Holmes perdió el control durante el juicio, siendo consciente de cuál iba a ser su final. El segundo día incluso despidió a sus abogados e intentó defenderse él mismo. Durante esos seis días, varios ex trabajadores del hotel pasaron como testigos. La mayoría declararon en su contra incluso dijeron lo que cobraban por cada cadáver que descarnaban.
Acorralado por las acusaciones y las pruebas en su contra, Holmes confesó 27 crímenes (se le atribuyen más de 200) y fue condenado a muerte por el Tribunal de Philadelphia. El 7 de mayo de 1896, y tras tomar la comunión con los sacerdotes en su celda, sin haber pedido perdón por las víctimas, fue ejecutado. La ejecución, que duró más de 15 minutos por un problema con la soga, fue presenciada por varios espectadores.
H.H. Holmes, para evitar que su cadáver fuera robado o mutilado, pidió que fuera enterrado en un ataúd lleno de cemento. Varios guardias estuvieron presentes durante su entierro en una fosa de doble profundidad, anegada por cemento y sin ningún tipo de lápida que identificara quién estaba ahí enterrado.
En mayo de 2017 los bisnietos de Holmes, John and Richard Mudgett, pidieron al Tribunal de Pennsylvania la exhumación del cadáver, ya que corría el rumor que Holmes no falleció aquel 7 de mayo de 1896, sino que huyó a Sudamérica. El pasado 1 de septiembre la respuesta llegó, el cadáver que lleva enterrado 121 años, es el de H.H. Holmes.
