El circo romano

El origen del circo romano se encuentra en la antigua Grecia. La misión de estos edificios repartidos por todo el imperio era entretener con carreras de caballos y aurigas. Vamos a ver cuándo se fundó el circo romano y sus misteriosos orígenes.

El origen del circo romano

Es importante no confundir el circo con los anfiteatros o coliseos. Estos últimos estaban destinados a la lucha de gladiadores, siendo el más famoso el de Roma. Por su parte, el circo era un espacio para las carreras de caballos. Este espectáculo gozó de gran popularidad en la antigua Roma, pero no fue inventado por los romanos.

Muy posiblemente, los primeros gobernantes romanos importaron el circo de Grecia. Los hipódromos helenos llevaban siglos funcionando cuando Roma se convirtió en el centro del mundo. De todos es sabido la fascinación del imperio por la cultura griega, por lo que no es de extrañar que adoptaran esta costumbre.

Así, el circo se convirtió rápidamente en la diversión favorita en todo el imperio. Uno de los mejor conservados de la actualidad se encuentra en la ciudad española de Tarragona, la antigua Tarraco romana.

Juvenal, poeta romano, describió la pasión que las masas sentían por este espectáculo diciendo que los romanos solo querían pan y circo. La expresión se hizo tan famosa que hoy es incluso una más de las muchas que forman el habla popular.