Doctor Zhivago: cuando Moscú se instaló en Madrid.

El 22 de diciembre de 2020 se cumplen 55 años del estreno en Nueva York de una de las películas románticas más célebres de la historia del cine, Dr. Zhivago, la obra maestra del director británico David Lean, rodada en su mayoría en España.

 


Canillas, un barrio madrileño en el que se reconstruyó una réplica de Moscú


 

La adaptación cinematográfica de la novela homónima del escritor ruso Boris Pasternak, que fue publicada en 1957 y por la que recibió el Premio Nobel de Literatura en 1958, comenzó a filmarse el 28 de diciembre de 1964. El rodaje de esta superproducción de Metro Goldwyn Mayer decidió trasladarse a España, tras descartarse otras localizaciones como Yugoslavia o Finlandia.

Lean escogió rodar las primeras escenas en Canillas, un barrio madrileño en el que se reconstruyó sobre cuatro hectáreas de terreno una réplica de Moscú, ciudad en la que transcurre la primera parte de este épico melodrama.

 

 

La construcción del plató duró 18 meses y necesitó de 800 trabajadores cualificados. Se levantó una calle de adoquines de 730 metros de longitud por la que circulaban dos líneas de tranvía, con cabida para un viaducto de tren, locomotoras de vapor de la época, una plaza gigante y calles dominadas por una réplica del Kremlin. La arquitectura y escaparates de numerosas tiendas se investigaron y las casas construidas en ladrillo sirvieron de platós interiores para el rodaje de numerosas secuencias. Muchos de los vecinos del barrio fueron contratados como figurantes en la mítica cinta y un buen número de ellos entonaron “La Internacional” a pleno pulmón, en plena dictadura franquista. La escena tuvo que repetirse con un pasodoble, bajo la vigilante policía del régimen.

La estación de Madrid Delicias también se sumó como escenario de esta grandiosa película que recorre los años finales de la Rusia Zarista, la Primera Guerra Mundial, la revolución de 1917 y la Guerra Civil Rusa, que enfrentó a los bolcheviques contra las fuerzas de conservadores, liberales y socialistas, que no apoyaban la revolución.

La producción se trasladó a Soria, que debía convertirse en la estepa siberiana, pero las condiciones meteorológicas no se cumplieron, siendo aquel el invierno más cálido en 50 años, por lo que tuvieron que recurrir a toneladas de sal, plásticos blancos, polvo de mármol y otros efectos para recrear el gélido paisaje. Allí se construyó el decorado más reconocible de Dr. Zhivago, el bello “palacio de hielo”, hecho de cera congelada.

El rodaje se prolongó un año, hasta octubre de 1965 e incluyó exteriores rodados en Salamanca, Granada, Finlandia y Canadá.

En Doctor Zhivago se unen la maestría de un David Lean en su mejor momento, tras rodar la colosal Lawrence de Arabia, la magnífica dirección artística encabezada por John Box, la inolvidable banda sonora de Maurice Jarre que recorre sus 197 minutos de metraje y un reparto en estado de gracia: el egipcio Omar Sharif en el papel principal del joven médico y poeta Yuri Zhivago (tras haberlo rechazado Peter O’Toole), una bella y desconocida Julie Christie en el papel de su amante Lara, una jovencísima Geraldine Chaplin como Tonya, la esposa de Zhivago, secundados por los inolvidables Alec Guinness, Tom Courtenay y Rod Steiger.

 

La colosal producción, una de las más caras de su época, se convirtió en un éxito rotundo y recaudó 200 millones de dólares en todo el mundo, con un presupuesto de solo 15, siendo a día de hoy la octava película más taquillera de la historia del cine tras ajustar la inflación.

Considerada una de las mejores películas de todos los tiempos (Doctor Zhivago ocupa el puesto 39 en la lista del American Film Institute), recibió diez nominaciones en la 38º edición de los Premios Oscar, coronándose con cinco Oscars (mejor guion adaptado, dirección artística, fotografía, diseño de vestuario y banda sonora original) y cinco Globos de Oro, que incluían las categorías de mejor película dramática, mejor director y mejor guion.

El recuerdo de los fastuosos decorados en los que se rodaron muchas de las secuencias de Doctor Zhivago y la extraordinaria experiencia de haber formado parte del rodaje de una de las películas más grandes de la historia del cine ha permanecido en la memoria colectiva de los vecinos del barrio de Canillas y de quienes lo vivieron de cerca en otros rincones de la geografía española. El actor José María Caffarel y cientos de figurantes y extras participaron en este rodaje que forma parte del recuerdo de muchos vecinos y vecinas de Canillas, y que es uno de los fotogramas sentimentales mas queridos por toda una generación de españoles.

Por este motivo, el Ayuntamiento de Madrid ha instalado un panel informativo en el mercadillo de Canillas en el que se recoge la reseña del rodaje de la oscarizada película.