¿Fueron los españoles los primeros en descubrir el Nuevo Mundo? Cada vez parece más evidente que la respuesta es que no. No obstante, sí que el almirante Cristóbal Colón, junto a la expedición que halló las Américas, fue el primero en ser consciente y dejar constancia de tan relevante hallazgo. Vikingos, exploradores chinos, polinesios, mansas e, incluso, hindúes arribaron en las costas que se darían a conocer al mundo entero después de 1492. Ahora, a todas estas civilizaciones, se les ha sumado la llegada de los romanos hace 2000 años.
Así lo afirma el investigador Jovan Hutton Pulitzer y su grupo de expertos, los cuales aseguran haber encontrado una presunta espada romana, monedas antiguas y demás enseres relacionados con el Imperio Romano. El lugar del descubrimiento ha sido la misteriosa Oak Island -isla del Roble- de Nueva Escocia (Canadá), donde también se halla el famoso “Pozo del Dinero”: una leyenda pirata que lleva desafiando a cazatesoros más de 200 años.
Además de la espada, Jovan Hutton Pulitzer y su agrupación han desenterrado un silbato legionario, un escudo romano, monedas de la Antigua Cartago y cantidad de inscripciones típicas del antiguo Levante. Igualmente, la prueba más fehaciente de la estancia en el Nuevo Mundo ha sido la presencia de una planta invasora utilizada por los romanos en torno al año 1 d. C.
Los vikingos y la piedra solar
También se sabe que los vikingos fueron marinos de larga distancia, llegando a Oriente Medio y América del Norte. En este sentido, se basaron en la piedra solar para alcanzar esas hazañas. Su funcionamiento consistía en determinar la dirección de la luz, utilizar la información para especificar el rumbo y colocar un palo a la sombra que indicase dónde se situaba el norte. El método fue más eficaz al amanecer y al atardecer, ya que es sol se encontraba en el punto más cercano al horizonte.
