Deportistas que fueron discriminados en las olimpiadas

Las olimpiadas son ya de por sí toda una institución. El máximo baluarte del deporte en todas sus vertientes. Allá donde todo deportista profesional aspira a llegar. Una competición que comenzó en la antigua Grecia y que tras miles de años de historia sigue siendo el summum de la élite deportiva.

Dicho así, es de suponer que esta competición también sea el estandarte de la inclusión, la diversidad, el respeto y la concordia, pero por diversas circunstancias las olimpiadas han sido, en diferentes ocasiones, foco de casos de racismo, discriminación y marginamiento.

Es una suposición pensar que todo aquel deportista que pase por las olimpiadas con un papel relevante o muy relevante, se le reciba en su país como un héroe. Ha representado a toda una nación frente a otras y ha sido el abanderado que ha conseguido destacar sobre los demás, pero no fue así en algunos casos.

En 1932 las olimpiadas se celebraron en Los Ángeles, Estados Unidos, y los deportistas negros tuvieron numerosos problemas derivados de la segregación racial que se vivía en el país.

Otro referente en este contexto son las olimpiadas de Berlín de 1936. Estas fueron muy especiales debido a la situación que atravesaba el mundo. En Alemania, Hitler se había alzado con el poder y los nazis ocupaban las instituciones, y en Estados Unidos se vivía una profunda segregación racial entre los blancos y los negros.

 

 

Para Hitler, las olimpiadas eran el pretexto perfecto para situar en el escaparate internacional a una Alemania plural, inclusiva y abierta. Un instrumento de propaganda al máximo nivel. La prensa alemana recibió ordenes de publicar noticias únicamente positivas de los deportistas negros. Todos los carteles y las pintadas antisemitas fueron eliminados.

Durante el trayecto desde Estados Unidos a Berlín, la comitiva olímpica estadounidense estaba formada por más de 400 personas que viajaban en el mismo barco. Los deportistas negros tenían asignados camarotes distintos a los blancos.

 

 

Algunos de ellos como James LuValle contaron que en algunas actividades a bordo como en las proyecciones de películas no estaba permitida la participación de los negros, y se les echaba.

 

 

Estos son algunos casos de deportistas que fueron discriminados durante las olimpiadas del 32 en los Ángeles o en el 36 en Berlín:

JESSE OWENS (Atletismo)

Todo el mundo habla de Jesse Owens como un héroe que desafió al nazismo y actualmente se pueden leer grandes titulares acerca de su gesta, pero se habla menos de su vuelta a Estados Unidos.

Owens, a pesar de las presiones de la sociedad estadounidense, quiso participar en las olimpiadas de Berlín en 1936. El mundo comenzó a conocer los planes antisemitas y racistas de Hitler y los estadounidenses quisieron boicotear los Juegos, pero finalmente Owens, junto con otros atletas negros acudió para demostrar que podía ganar.

Su participación pasó a la historia, ya que resultó ganador de cuatro medallas de oro. La visión de un negro alzándose con la victoria en el centro de la Alemania nazi resultó un hito histórico.

Cuando Owen regresó a Estados Unidos no recibió la bienvenida que, después de todo, se merecía. El presidente Roosevelt no organizó una recepción para el medallista afroamericano porque dependía de los blancos del sur para su reelección y esto podía suponer restar apoyos. Después se le prohibió competir porque no viajó con el resto del equipo a Europa para actividades promocionales.

Tras ello se dedicó a enfrentarse a caballos de carreras en espectáculos.

 

JOHN BROOKS (Salto de longitud)

En 1932 se le prohibió competir a pesar de haberse clasificado. En su lugar fue un atleta blanco. En el 36 Brooks participó en las olimpiadas de Berlín. Su afán era desmentir a Hitler y demostrar que sus ideas en cuanto a la raza eran equivocadas.

Al volver a Estados Unidos no obtuvo reconocimiento social y sufrió discriminación a la hora de encontrar un empleo.

 

LOUISE STOKES (Velocista) Y TIDYE ANNE PICKETT (Vallista)

Estas dos atletas fueron clave en la participación de las Olimpiadas de 1932 en Los Ángeles. Su esfuerzo para poder estar en el equipo olímpico estadounidense fue mayúsculo. Durante el desarrollo de la competición sufrieron varias afrentas. En su trayecto hacia Los Ángeles soportaron incidentes con compañeras blancas y su entrenadora las sustituyó por otras atletas horas antes de participar.

 

 

En el 36 fueron a las olimpiadas de Berlín. Louis Stokes fue retirada de la carrera de relevos minutos antes de comenzar y nunca volvió a participar en alguna competición. Nunca pudo demostrar su valía.

Al final de las olimpiadas de Berlín del 36, Estados Unidos acabó primero con 167 puntos, 83 ganados por afroamericanos.

Al regresar a casa, los deportistas estadounidenses se encontraron con un país que les dio la espalda y cerró los ojos ante la gesta que iba más allá de lo deportivo.