Cuatro cosas que no sabías sobre la historia del espionaje

Cuando se dice que la realidad supera la ficción es porque en muchas ocasiones lo hace, y una de ellas tiene que ver con todo lo relacionado con el espionaje. Resultan historias misteriosas y llenas de incógnitas debido a la propia razón de su existencia pero no por ello dejan de ser reales y prácticamente increíbles, tal y como relata la serie SPY WARS, presentada por Damian Lewis. Estas son algunas de ellas.

FELIPE II Y EL CNI DEL SIGLO XVI

Felipe II fue el monarca más poderoso de su tiempo. No solo por su ejército, no solo por su riqueza, si no también por su excelente cuerpo de espías. Hasta hace poco no se consideraba este hecho como uno de relevancia pero con el tiempo se ha descubierto que fue no solo importante, si no verdaderamente crucial en muchos sucesos clave.

 

 

Felipe II creó el cuerpo de espionaje más eficaz de toda Europa con el fin de obtener información privilegiada que le permitía adelantarse a sus rivales. Que la información es poder ya era un hecho irrefutable para la monarquía española, he hizo de ella una de sus principales armas.  El monarca invirtió recursos económicos, humanos y materiales como ningún otro monarca europeo. Se dice que Felipe II invertía en este menester en seis meses lo mismo que Inglaterra en seis años. Reclutó y convirtió en espías a personas de toda índole y se encargaba hasta del más mínimo detalle. Incluso hasta de corregir descifrados realizados por un especialista. El cuerpo de espionaje fue sumamente importante para él, y trató de transmitir esta importancia a su sucesor Felipe III.

 

ORWELL ¿ESPÍA?

Los espías no solo se dedican a conseguir información importante. En muchas ocasiones los cuerpos de espionaje se dedican a crear esa información interesada e introducirla a conveniencia. Si bien George Orwell (Eric Blair era su nombra real) nunca trabajó como espía, sus obras sí se pusieron al servicio de la CIA. ¿Cómo? Como creadoras de opinión.

 

 

 

El escritor publicó Rebelión en la Granja en 1945. Esta, junto con 1984, es su obra más reconocida pero lo cierto es que al inició pasó sin pena ni gloria por las librerías inglesas. Es una sátira sobre la Revolución Rusa y la corrupción en el socialismo soviético. Este argumento no pasó desapercibido para la CIA en Estados Unidos, quienes se percataron del potencial que la obra tenía como propaganda anticomunista. Rápidamente pusieron la máquina propagandística en marcha y financiaron la película basada en la obra. Y no con cualquier presupuesto, si no con uno muy holgado. Primero impulsaron la obra literaria con grandes campañas para después invertir 300.000 dólares en la producción del film. Contaron con 80 animadores para crear todas las ilustraciones que eran necesarias y proyectaron la cinta a lo largo y ancho de Estados Unidos.

 

SEXPIONAJE

Clasificada como Operación Romeo, esta fue una estrategia de espionaje desarrollada por Herbert Hellenbroich, jefe del BND alemán (Servicio Federal de Inteligencia). Utilizó a espías masculinos como caballo de Troya para, a través de la seducción y el sexo, contactar con las secretarias de los altos cargos occidentales. Estas tenían acceso a información restringida, delicada, y sobre todo, crucial. De esta operación hay relatos verdaderamente sorprendentes. Como el caso de Margarethe Lubig, una secretaria del Ministerio de Defensa que fue seducida y captada por un espía danés que se hacía pasar por periodista. Pero en una vuelta de tuerca más, en realidad tampoco era un espía danés, si no un actor de la RDA. Esta relación duró 25 años.

 

OPERACIÓN ´GATITO ACÚSTICO´

Esta historia, aunque sin drama, no deja de ser sorprendente. Situémonos: Estados Unidos, 1961. La CIA se percata de que durante una reunión con un importante dirigente asiático y su equipo, la sala está repleta de gatos que campan a sus anchas. Conclusión de la CIA: convertir a los gatos que, efectivamente campan a sus anchas, en espías.

Bajo estas premisas se pone en marcha la operación Gatito Acústico (Acoustic Kitty), que consistía en implantar quirúrgicamente un micrófono en el canal auditivo del animal y una antena en su cola. Tras lo cual, el gato era adiestrado para obedecer órdenes. Después, ante el problema de que el gato se distraía cuando tenía hambre, introdujeron un dispositivo adicional que la anulaba.

La puesta en marcha de la operación se llevó a cabo en 1966. La misión consistía en soltar al gato en las inmediaciones de la embajada soviética en donde se reunirían dos espías de la URSS y hacer que se acercara lo máximo posible a la conversación. Antes de que el gato pudiera acercarse, fue arrollado por un taxi, dando al traste con 5 años de trabajo y 15 millones de dólares de inversión. Tras lo sucedido, la CIA anuló la operación alegando que «los factores ambientales y de seguridad que concurren en el uso de esta técnica en una situación real, nos obliga a concluir que para nuestros propósitos no sería viable».

 

 

Si te han sorprendido estas historias sobre espionaje, no te puedes perder SPY WARS. Una nueva y reveladora serie, en la que el actor de ‘Homeland’ Damian Lewis nos muestra algunas de las misiones secretas más apasionantes de la historia moderna. Estreno el lunes 13 a las 22h.