Cuando ETA comenzó a matar

El 7 de junio de 1968 la banda terrorista ETA cometió el que se convertiría en el primer asesinato de los 850 que cometerían a lo largo de su existencia.

El detonante de la estrategia violenta tuvo lugar en 1965, en la celebración de su IV asamblea. En ella se escogió utilizar la vía violenta. Una estrategia de acción-reacción para tratar de involucrar a la sociedad vasca en la guerra revolucionaria. Tras su V asamblea, ETA comenzó a aplicar esta estrategia. La radicalización de la banda se hacía efectiva y comenzaron a perpetrar atracos y robos para financiarse y hacerse con armamento.

El primer objetivo que la banda terrorista estableció fue el asesinato de los jefes de las Brigadas de Investigación Social de Bilbao y San Sebastián. Esta era la primera vez que se decidían a matar y los encargados de la misión fueron Txabi Exebarrieta e Iñaki Sarasketa.

El 7 de junio Txabi Exebarrieta e Iñaki Sarasketa viajaban en un SEAT 850 por la carretera Nacional I de camino a Beasain. A las 17:30h se toparon con un control de la Guarda Civil en una zona de obras a la altura de Villabina (Guipúzcoa). Allí se encontraba el Guardia Civil José Pardines. El agente encargado de controlar el tráfico se percató de que la matrícula del coche en el que viajaban los miembros de la banda podría pertenecer a un coche robado con anterioridad, por lo que decidió detenerlo.

Cuando se encontraba en la parte trasera del coche comprobando los datos del coche, Exebarrieta y Sarasketa salieron del mismo y abrieron fuego a quemarropa. Disparando hasta 4 tiros en la cabeza y el resto del cuerpo al agente, huyendo después tras enfrentarse a un camionero que paró en el momento del suceso. Del mismo hay varias versiones en las que se dice que fueron los dos quienes abrieron fuego. Aunque según Exebarrieta él no utilizó su arma.

Tras lo sucedido fueron detenidos y uno de ellos murió tras ser disparado en un forcejeo con la Guardia Civil.

Existieron varias versiones diferentes en la prensa. ETA aprovechó el momento, ya que, al estar controlada por la dictadura de Franco, aseguraban que mentían y que los disparos que mataron a Pardines se produjeron en defensa propia. Posteriormente se demostró que no fue así.

Este fue el comienzo de una escalada de violencia y asesinatos que acabó con 850 víctimas mortales y miles de heridos hasta su último atentado en 2010.

Hasta la fecha se han publicado varios trabajos en torno a este suceso, tanto en pantalla como literarios. Por ejemplo, el documental “Nacional I” o la serie de Movistar + “La Línea Invisible”. Asimismo, en 2018 se presentó el libro “Pardines, cuando ETA empezó a matar”.