¿Cómo construyó H.H. Holmes el hotel de los horrores?

H.H. Holmes fue un experto a la hora de ocultar, tanto secretos como trampas. Se encargó de construir un hotel con el objetivo de matar a sus huéspedes.

Recién licenciado en medicina, Holmes comenzó a vivir con una viuda joven y guapa, la cual regentaba varios hostales que le daban suculentos beneficios. Holmes vio la oportunidad de hacer fortuna con ese negocio y tras abandonar a su pareja, se mudó a Chicago con la intención de abrir un hotel ante la proximidad de la Exposición Universal de Chicago.

Tras su llegada a la ciudad, estafó a una joven millonaria 5.000$ con los que se construyó en Wilmette una gran mansión. En paralelo, se hizo con una farmacia de su amante, a la cual, hizo desaparecer. Fue así como su gran proyecto, su hotel, se ponía en marcha.

Con el fin de evitar levantar sospechas, durante la construcción de su “castillo”, Holmes se encargó de involucrar a diferentes empresas. Tras no pagarles, las empresas dejaban de construir el hotel y así pasaba el proyecto a la siguiente. De este modo, Holmes se aseguraba de que ningún constructor viese los planos al completo o pudiera imaginarse que estaba construyendo una “máquina para matar”.

En 1892, las obras del hotel finalizaron, a punto para acoger a los visitantes que fueran a Chicago atraídos por la Exposición Universal. Durante los seis meses que duró, muchos eran los que entraban en el hotel, pero solo unos pocos salían con vida. Holmes escogía meticulosamente a sus víctimas: mujeres jóvenes, ricas, guapas y solas y cuya residencia habitual estuviera lo más lejos de Chicago posible.

La distribución del hotel era toda una incógnita. Mientras que en la planta baja se situaban negocios, los sótanos y pisos superiores estaban llenos de escaleras que no llevaban a ninguna parte, falsas paredes, trampillas, habitaciones secretas, mirillas para espiar a sus víctimas o laberintos de los que solo alguien que se conociera el hotel como Holmes, podría escapar. Además, los pasillos estaban llenos de trampas que iban desde paredes que se cerraban aplastando a sus víctimas, pasando por trampas que al ser pisadas accionaban disparos o pinchos y hasta una máquina para hacer cosquillas en los pies hasta morir, literalmente, de risa.

Las habitaciones secretas que escondía el hotel estaban plagadas de máquinas de tortura dónde poder matar a sus víctimas de las formas más macabras imaginadas como colgándolas de los pies y metiéndolas en tanques de ácido o atándolas a máquinas para después triturarlas.

Tenía todo pensado, hasta la forma de deshacerse de los cuerpos. Un montacargas y dos toboganes servían para bajar los cuerpos y restos y después incinerarlos o disolverlos.

Cuando terminó la Exposición Universal, las reservas cesaron y Holmes necesitado de dinero, incendió el último piso para reclamar al seguro. Tras una investigación y ver que fue provocado, huyó a Texas.

Meses más tarde, los agentes que entraron en él, salieron horrorizados de lo que vieron: trampas macabras mortales, restos humanos, crematorios…Se encontraron restos humanos de más de 200 personas.

El Castillo de Holmes sufrió tres explosiones que lo derrumbaron. Nunca se supo quién o quiénes fueron los encargados de su destrucción, pero con él, se fueron numerosas pistas de más asesinatos sin resolver a día de hoy.

¿Crees que podrías haber escapado?. Inténtalo en nuestro juego online y no te pierdas el domingo 17 a las 22h el estreno de la serie El Destripador.