Los Templarios estaban muy organizados tanto dentro como fuera del campo de batalla. Dentro de la orden había cuatro ramas jerárquicas, aunque a la hora de las votaciones, todos los votos valían igual.
Dirigentes:
1) Maestre: La autoridad máxima. Debía acatar sin dudar las decisiones papales y respetar las sugerencias de obispos y reyes.
2) Senescal: En caso de ausencia del Maestre, el Senescal cumplía sus funciones administrativas. En caso de faltar el Maestre en la batalla, era sustituido por el mariscal.
3) Mariscal: Era el responsable del adiestramiento y la disciplina. Además, era el encargado de todo el arsenal como armaduras, máquinas de asedio o municiones.
4) Tesorero: Administraba los bienes de la orden, organizaba la protección de los peregrinos, era el jefe de la marina y además el custodio de la Vera Cruz en las batallas.
5) Vestiario: Era el encargado de los uniformes, escuderos y sirvientes.
6) Comendadores territoriales: Había sólo dos (uno en Acre y otro en Antioquía). Gestionaban los castillos de su región y recibían las donaciones de sus provincias. También mantenían las casas y los monasterios.
Abad del Temple: Vivía en Jerusalén y era la máxima autoridad dentro de la orden. Solían ser los que más alto nivel cultural tenían por lo que también ejercían como abogados para defender los intereses de la orden. Eran sacerdotes en su mayoría por lo que eras quienes administraban los sacramentos y oficiaban las misas.
Clases Militares: Era la élite de la orden, los únicos que podían llevar el manto blanco con la cruz roja. Tenían esclavos y tierras. A su cargo se encontraban escuderos y sirvientes. Todos tenían que haber adoptado los votos de castidad.
Cuerpos auxiliares: En este grupo estaban desde los artesanos, carpinteros y constructores que se encargaban de construir, conservar y arreglar los castillos y propiedades que les cedían, hasta los campesinos que cuidaban las tierras pasando por los hermanos legos o donados, hijos bastardos a quienes no se exigía pertenecer a una familia noble.
