El ciclo vital de una estrella

Las estrellas en su comienzo son esferas luminosas de plasma que mantienen su forma por su propia gravedad. 

Las estrellas nacen cuando ocurre un colapso gravitacional de una nebulosa gaseosa compuesta en su mayoría por hidrógeno. No son sino la conversión del hidrógeno en helio en una fusión termonuclear permanente. Al producirse este fenómeno, la energía liberada atraviesa la propia estrella y se irradia al exterior.

Cuando tras billones de años todo el hidrógeno combustible y posteriormente el helio se ha agotado, la estrella pasa a la etapa “gigante roja”. Aquí la estrella comienza a contraerse elevando su temperatura y aumentando su núcleo. Es cuando se forman elementos más pesados. Cuando la estrella termina con todos los combustibles nuevos generados, llega a su fin.

Es entonces cuando comienzan a desprenderse de capas, ya que no consiguen mantenerlas unidas por más tiempo. Es cuando pasan a llamarse “nebulosa planetaria”. El centro adopta el nombre de “enana blanca”. Pueden adoptar el tamaño de un planeta y sigue brillando durante un tiempo indeterminado. Tras esta etapa viene su tramo final convirtiéndose en “enana negra” o “estrella muerta”. Según los investigadores es la última etapa que se espera del Sol, la estrella más brillante.

Hay ocasiones en que las estrellas con masas mayores al sol, cuando se desprenden de sus capas lo hacen con mucha fuerza dándose las “supernovas” pudiendo dar lugar a los “agujeros negros”.