Barcos camuflados

Comenzaron a camuflarse barcos a partir de la Primera Guerra Mundial para no ser fácilmente descubiertos y evitar así, poder ser alcanzados por el enemigo. Éstos consiguieron su objetivo pero sólo con el resto de barcos convencionales, ya que, si el enemigo utilizaba un submarino, mediante esta técnica de camuflaje, el barco era mucho más visible.

Así que, para conseguir que el enemigo intentase atacar en la profundidad, se decidió pintar los barcos con una serie de patrones extraños además de extravagantes, los cuales conseguían crear una ilusión óptica que evitaba que el atacante pudiese reconocer fácilmente el barco.

Los diseños fueron creados por la Royal Academy de Londres, con la supervisión de Norman Wilkinson, quien creó y puso en marcha la idea. En lo que a los dibujos respecta, además de bloques y líneas de colores, incluían en determinadas ocasiones puentes e incluso anclas.

Éste es un buen ejemplo de cómo una idea sencilla e imaginativa, tiene una gran finalidad.

 

Fuente: Curistoria