Aparece el carné de prensa de Saint-Exupéry en la Guerra Civil

El periodismo literario desempeñó una tarea significativa durante la primera mitad del siglo XX. Quizá uno de sus periodos más trascendentales. Grandes plumas pasaban de cubrir notables conflictos bélicos a escribir excelentes novelas, merecedoras del Premio Nobel. Incluso una congregación de escritores tomó cuerpo a la luz de estos acontecimientos: la Generación Perdida. Precisamente, muchos de los miembros de este selecto grupo compartieron horas y horas con el protagonista de este artículo, en el frente de la Guerra Civil española. Se trata del escritor y aviador francés Antoine de Saint-Exupéry.

En este sentido, ya había constancia de la presencia en España de ilustres como Ernest Hemingway, George Orwell, Martha Gellhorn, John Dos Passos o la pareja de reporteros gráficos Robert Capa y Gerda Taro. No obstante, a principios del mes de julio se descubría un documento en el Archivo General de la Guerra Civil Española de Salamanca que acreditaba también la presencia de Saint-Exupéry, autor de la famosa obra El Principito. “Su pase de prensa no estaba identificado hasta ahora porque no se almacenaba en la misma caja que la de otras grandes personalidades que vinieron a España durante en esos años”, afirmaba la subdirectora del archivo, María José Turrión, al diario El País.

El investigador y presidente de la asociación Salvar el Archivo de Salamanca, Policarpo Sánchez, había hallado el carné de reportero de Saint-Exupéry, que en abril de 1937 se desplazó a Madrid. Su cometido fue cubrir el asedio de las tropas nacionales a la capital de España y describir para el Paris-Soir cómo fueron los incesantes bombardeos. La acreditación era obligatoria para moverse libremente por el frente de guerra y la expedía la Secretaría de Propaganda de la Junta Delegada de la Defensa de Madrid, del lado republicano.

Al terminar la guerra, el bando franquista envió todos los documentos incautados a  la República en cajas a Salamanca. Así, la urna que contenía la acreditación de Saint-Exupéry se encontraba tal y como se dejó en 1939. Asimismo, el carné se había guardado en otro lugar al que le correspondía y Sánchez topó con él por sorpresa.

Antoine de Saint-Exupéry llegó a España con 36 años, realizando varios viajes a Francia durante su estancia. Se inscribió como escritor y aviador, pero un error de traducción –de la palabra francesa écrivain- le anotó como escriba. Además registró su permanencia en el Hotel Florida, situado en la plaza de Callao, donde compartió pasillo con Capa, Gellhorn, Hemingway y Dos Passos. Allí se sentían a salvo de los obuses lanzados por la Aviación Nacional y tenían muy cerca el edificio de Telefónica, desde donde difundían sus crónicas de guerra.

Saint-Exupéry también se ganó la vida como piloto de avión. Sin embargo, sus mayores éxitos los cosechó como periodista y como escritor. En 1943 escribió El Principito, obra por la que sería mundialmente conocido. Un año más tarde desapareció en una misión de reconocimiento para el Ejército francés, al que se alistó tras la invasión nazi en Francia.

La presencia de grandes escritores como corresponsales y la utilización de la propaganda para llegar al gran público no es la única comprobación en la Guerra Civil que, después, maduraría en la Segunda Guerra Mundial. Es más, la contienda española sirvió de ensayo para desarrollar armamento y tácticas que unos años más tarde se pondrían en práctica. Si te interesa esta temática, no te puedes perder España, Ensayo de una guerra los lunes a las 22:00h. en HISTORIA.