¿Nacidos para matar? Temporada 3

Los asesinos en serie son las estrellas sombrías de la cultura moderna.

Sus caras son conocidas, se sabe lo que hicieron y cómo lo hicieron, pero, ¿qué les impulsó a actuar de esa manera? ¿Se trató de locura?, ¿de maldad? ¿Existe un patrón común en la creación de un asesino?

En 1982, cuando se encontraron los cadáveres de tres mujeres en el Green River de Seattle, nadie se percató de que era el comienzo de una serie de asesinatos que mantuvo desconcertada a la policía durante 19 años. El “Asesino de Green River” se convertiría en uno de los asesinos en serie más prolíficos de la historia de Estados Unidos, pero el misterio de su identidad no se pudo aclarar hasta el año 2001, gracias a las pruebas de ADN. Para la familia y los amigos, Gary Ridgway era un hombre afable y un marido afectuoso. Sin embargo, durante 19 años merodeó por los barrios rojos de Seattle, donde recogía a mujeres jóvenes, a las que estrangulaba mientras mantenía relaciones sexuales con ellas. Luego se deshacía de los cadáveres en los bosques y, a veces, regresaba para practicar la necrofilia.
Domingo 23 a las 23:35.

Cuando varias partes de un cadáver aparecieron en las playas de una pacífica ciudad costera de California arrastradas por la marea, la policía se dio cuenta de que alguien estaba a la caza de jóvenes estudiantes, a las que secuestraba, asesinaba y descuartizaba. Sin embargo, no se percató de que el asesino estaba en su comunidad, bebiendo con ellos en su bar local favorito. Los agentes consideraban que Edmund Kemper, que medía más de dos metros, era un “gigante amable”, e ignoraba que siendo un adolescente había asesinado a sus abuelos, había engañado a los psiquiatras para salir de un hospital psiquiátrico tras sólo cinco años y que mientras socializaba con los agentes vivía sus extrañas fantasías sexuales con los cadáveres de sus compañeras de estudios.
Domingo 30 a las 23:55.