Los bateadores del Retiro

El 13 de septiembre de 1979, un grupo de ultraderechistas atacaron a otro grupo de jóvenes que paseaban por el Parque del Retiro de Madrid, resultando muerto uno de ellos, José Luis Alcazo. El grupo atacante, formado por Eduardo Limiñana, Ángel Luis y José Antonio Nieto, Gabriel Rodríguez Medina y Miguel Cebrián, estos últimos menores, se hacía llamar los bateadores y ya habían dejado pintadas en varios muros de la zona.

HECHOS

Los bateadores se reunieron la noche del 13 de septiembre de 1979 para “limpiar la zona de drogadictos, homosexuales y delincuentes”, según declararían más adelante. Se armaron con palos que escondían bajo la terraza de unas viviendas cercanas al parque, y uno de ellos, Eduardo Limiñana, con un bate de béisbol. Tras dar varias vueltas por el parque, se escondieron en una zona ajardinada de árboles y arbustos para que no los vieran. Seleccionaron a un grupo de jóvenes que paseaban porque “como llevaban barbas y melenas, pensamos que eran delincuentes». Se dividieron en dos grupos y Limiñana, quien portaba el bate, se acercó al grupo, propinando un golpe en la cabeza a uno de los jóvenes que iba más atrás. Un compañero del agredido trató de quitarle el bate al atacante y varios miembros del grupo ultraderechista acudieron en su ayuda.

Tras unos momentos de confusión, José Luis Alcazo pudo zafarse de sus agresores e intentó golpear a Limiñana y, sin conseguirlo, huyó. En su huida tropezó y cayó al suelo, siendo en ese momento cuando dos de los atacantes le dieron alcance y empezaron a golpearle. Según la declaración del propio Limiñana, “cuando yo llegué, el chico ya estaba en el suelo, recibiendo golpes de todos los que estábamos junto a él, a su alrededor; pero ignoro en qué sitio del cuerpo le pegué, ya que entre la oscuridad, el nerviosismo y que el joven caído se movía continuamente, no puedo saber en qué sitios le di. Recuerdo que hubo un golpe final, no sé si mío o de otro, que hizo que se convulsionara repentinamente y quedara inmóvil”.

Uno de los golpes que Alcazo recibió le causó la muerte y el grupo salió corriendo del lugar. Fueron a esconder los palos y bates, cambiarse de ropa y quedaron de nuevo. Según uno de los atacantes, en los momentos después de la agresión uno de ellos comentó “me lo he cargado”.

 

DETENCIÓN Y JUICIO

El 19 de septiembre de 1979, seis días después de la agresión, todos los miembros de los bateadores fueron detenidos y metidos en prisión de manera provisional. Además, se comprobó que todos eran hijos de mandos militares.

En noviembre de 1983 tuvo lugar el juicio que, ante una sala abarrotada de gente, no estuvo falto de tensión, ya que una de las jornadas tuvo que ser suspendida debido a una amenaza de bomba. Además, a uno de los acusados se le hizo un reconocimiento psiquiátrico para determinar su estado de salud mental, lo que retrasó el veredicto algunos días más.

Tras la declaración de todos los acusados, de los agredidos y de un testigo, el tribunal dictaminó sentencia el 27 de noviembre de 1983.

Eduardo Limiñana y Ángel Luis Nieto fueron condenados a 11 años de prisión por homicidio y lesiones.
José Antonio Nieto, 3 años de prisión por lesiones.
Gabriel Rodríguez Medina, 6 meses de prisión por homicidio por ser menor de edad y 2 años por lesiones graves con alevosía.
Miguel Cebrián, 6 meses de prisión por homicidio por ser menor de edad.

Además les fueron impuestas varias indemnizaciones económicas para las víctimas y familiares.