Jodi Arias y el asesinato de su novio

Jodi Arias era la mayor de siete hermanas de una familia acomodada. Se emparejó a los 21 años con un hombre de 43. Sus problemas económicos la llevaron hasta la empresa PPL, que impartía seminarios.

Allí conoció al conferenciante Travis Alexander. Intimaron y ella abandonó a su pareja para estar con él.

Jodi Arias, una asesina planificadora

Cuando los amigos de Travis lo encontraron muerto, cosido a puñaladas y degollado en su vivienda, todos pensaron en la misma culpable: Jodi. Su relación solo duró un año, entre 2006 y 2007. Sus celos enfermizos precipitaron los acontecimientos: unos mensajes en el móvil de él la convencieron de su infidelidad.

Aunque se separaron, se seguían viendo y acostando. Hackeó sus cuentas. Se colaba en su casa para esperarlo desnuda. Le pinchaba los neumáticos. Travis ya solo la quería para el sexo.

Pero, en mayo de 2008, firmó su sentencia de muerte. Modificó un viaje que habían programado juntos para reemplazarla.

Tras prepararse una coartada, días después fue a su casa. Mientras le hacía unas fotos eróticas en la ducha, le pidió que se tumbara en posición fetal. En esa situación de inferioridad, lo acuchilló, lo degolló y le disparó, temerosa de que no muriera.

Las pruebas forenses lo convirtieron uno de los casos de asesinato fáciles de resolver: Jodi Arias es una psicópata. Fue condenada a cadena perpetua, que cumple en Arizona (Estados Unidos).