El ADN de un cigarrillo cierra un crimen 35 años después

El 1 de enero de 1985 se produjo un tremendo asesinato. Tonya Ethridge McKinley tenía solo 23 años cuando al salir de una fiesta de Nochevieja fue estrangulada y agredida sexualmente. Un vecino llamó a la policía al encontrar en cadáver de la joven semidesnudo cerca del Darryls Bar & Grill. La policía no halló sospechosos y no consiguió detener a nadie a pesar de interrogar a todo el mundo que estaba en el bar donde se produjo la fiesta de nochevieja, último lugar con vida donde se vio a la joven.

Durante los 35 años siguientes, iban surgiendo pistas esporádicas que a pesar de ser investigadas, no daban frutos.

En marzo de 2020 la policía detuvo a un hombre por arroja un cigarrillo por la ventanilla de su coche. La colilla fue analizada y cotejaron el ADN con la base de la policía. La sorpresa vino cuando el ADN coincidía con los restos de semen extraídos del cuerpo de Tonya. 

35 años después, varias docenas de investigadoras y muchos interrogatorios y análisis de pruebas, daban por fin con el asesino de Tonya, cerrando el caso abierto más antiguo de Pensacola (EE.UU).

Daniel Wells, el acusado, está en una prisión del condado de Escambia, sin derecho a fianza, acusado de asesinato y agresión sexual. Un juez tendrá que dictar sentencia y poner algo de paz mental a la familia de Tonya.