De jugador de la NFL a asesino

Aaron Hernández lo tenía todo. Era una estrella de fútbol americano, jugador de los Patriots de Nueva Inglaterra. Tenía un contrato millonario con el equipo de la NFL siendo uno de los mejores jugadores del equipo y de los que más proyección tenían. Además en su renovación con el equipo de los Patriots, se convirtió en el tight end mejor pagado de la historia de la liga.

Todo cambió la madrugada del 17 de junio de 2013, cuando el cuerpo sin vida del novio de la hermana de su prometida apareció tiroteado en una zona alejada de la ciudad, muy cerca de la casa de Aaron Hernández. La policía detuvo a Hernández tras encontrar en el registro de su casa el arma homicida, huellas y pruebas irrefutables de que él había cometido el asesinato. Esta acusación se unió a la que llevaban acabo la Policía de Boston por varios asesinatos en los estados de Florida y Massachussetts. La defensa del asesinado, Odin Lloyd, aprovechó las acusaciones de otros posibles crímenes para demostrar el carácter violento del jugador de fútbol americano.

Tras dos años de juicio, fue sentenciado a cadena perpetua el 14 de abril de 2015 por el asesinato en primer grado de Odin Lloyd, revocándole el derecho a libertad condicional. Junto con esta sentencia, fue liberado de los otros cargos por los que estaba siendo investigado. El 19 de abril de 2015 Aaron Hernández se suicidó en su celda, colgándose con la ayuda de una sábana.

Tras su suicidio, la familia de Hernández pidió trasladar el cuerpo y hacerle un examen forense exhaustivo con el fin de encontrar algún tipo de indicio del comportamiento de Aaron los últimos años de su vida. En la autopsia de Hernández se le diagnosticó ETC (Encefalopatía traumática crónica), una condición degenerativa provocada por años de golpes en la cabeza que se produjo durante su carrera deportiva en el  fútbol americano. Al parecer la ETC había dejado el cerebro de Hernández como el de un anciano de 80 años, dañando sus lóbulos frontales encargados de las tomas de decisiones.

En el aire quedan cuestiones de cómo una persona que lo tenía todo acabó cometiendo un brutal crimen del que nunca se ha sabido el móvil. Además tras el hallazgo de su ETC la pregunta de si es un condicionante generó un debate que se extiende hoy en día.