Crímenes y códigos cifrados

La historia de la investigación criminal está repleta de callejones sin salida y pruebas dudosas. Son varios los casos de crímenes cuya resolución depende de la criptografía y descifrado de códigos.

Un código cifrado es un texto, palabra o argumento confeccionado con el fin de que solamente su receptor lo pueda descifrar, o en algunos casos para que nadie pueda hacerlo. De tal forma que es incomprensible para todo aquel que no tenga la clave. Esta es la teoría, porque en realidad son muchas las personas que por su profesión o por afición, se dedican a descifrar códigos encriptados partiendo de cero. Sin claves.

 

Estos son algunos de los casos más sonados relacionados con la criptografía:

 

Código McCormick (1999):

 

Todavía sigue sin resolver este célebre caso que mantuvo al FBI en ascuas durante más de doce años. Ricky McCormick fue hallado muerto el 25 de junio de 1999 en un maizal en el condado de Saint Charles, Missouri. El cadáver estaba totalmente desfigurado y con signos avanzados de descomposición, a pesar de haber transcurrido poco más de cuatro días desde su asesinato. En los bolsillos de su pantalón había dos notas, con un escrito cifrado en cada una, lo que hoy se conoce como el Código McCormick.

 

 

Es la única ocasión en la que el FBI ha pedido ayuda al público para resolver un caso.

 

En ellas pueden leerse “más de 30 líneas de material codificado que utiliza una exasperante variedad de letras, números, guiones y paréntesis” según el FBI. Cientos de teorías después y miles de intentos por resolver el código, todavía no se ha podido descifrar.

 

  

Los códigos cifrados de ETA (2005-2011):

 

En España la Guardia Civil ha incautado más de 12 terabytes de datos encriptados de la banda terrorista ETA en sus operaciones de los últimos años. La banda terrorista, para encriptar todos estos datos utilizaba el sistema de encriptación PGP (Pretty Good Privacy o Seguridad Bastante Buena). Este sistema permite encriptar información de manera que solo se puede descifrar a través de una clave que solo conoce el receptor del mensaje. De esta forma esta información se torna “prácticamente inaccesible”.

 

Posteriormente, ETA cambió el sistema y empezó a utilizar el sistema de encriptación TrueCrypt hasta el comienzo de su disolución. El desencriptado de esta información ayudó a las fuerzas de seguridad a detener a muchos de sus miembros, conocer planes y descubrir pisos francos y zulos secretos.

 

ETA no es la única organización terrorista que ha recurrido al cifrado de códigos para delinquir. Terroristas yihadistas, como Al Qaeda o Estado Islámico, utilizan frecuentemente formas de encriptar sus informaciones y comunicaciones. Han hecho uso de aplicaciones como Telegram, que encripta los mensajes enviados para que no puedan ser leídos por terceros, o la esteganografía, un sistema de encriptación de mensajes dentro los píxeles de una imagen digital, con el fin de poder llevar a cabo sus crímenes.

 

 

El asesino del zodiaco (1968):

 

Este es sin duda el caso más célebre de un asesinato en el que la clave del caso pueda estar escondida en un escrito cifrado. Al asesino del zodiaco todavía hoy, cincuenta años después, no se le ha podido asociar a un nombre ni a un rostro.

 

Este asesino en serie, apodado por sí mismo “Zodiac”, actuó desde finales de 1968 hasta finales de 1969 en el norte de California. Saltó a la fama no por sus asesinatos, sino porque se encargó de enviar tres cartas casi idénticas entre sí a tres periódicos de San Francisco. En ellas se proclamaba autor de los crímenes, amenazando a su vez con causar más muertes si no se publicaban en la portada de los medios que las recibieron. De esta forma trascendió a la sociedad que estas cartas incluían códigos cifrados y que Zodiac comenzaba a jugar al “ratón y el gato” con las fuerzas de seguridad.

 

Una de las cartas enviadas por Zodiac que contiene un código al pie.

 

El caso se fue haciendo complejo a medida que Zodiac continuó mandando misivas, códigos y realizando llamadas telefónicas que no siempre eran de su autoría, probablemente recibidas por el “efecto Copycat”. A pesar de haber podido descifrar parte de los códigos recibidos junto a las cartas, aún hoy quedan por descifrar dos:

  • Los últimos 18 caracteres de una de las primeras cartas que se cree que esconden el nombre real de Zodiac.

 

  • Z340: la carta codificada que el San Francisco Chronicle recibió el 8 de noviembre de 1969. 340 caracteres que los expertos de DESCIFRANDO AL ASESINO DEL ZODIACO tratarán de resolver combinando su experiencia e inteligencia con CARMEL, un ordenador diseñado y programado para tratar de descodificar el código.

 

Fragmento del código conocido como Z340

 

 

 

Sigue los avances de los investigadores con el estreno exclusivo de DESCIFRANDO AL ASESINO DEL ZODIACO el 15 de mayo a las 23:30h.