La ciencia de la perfilación criminal

¿Qué es y para qué sirve la perfilación criminal?

 

La perfilación criminal (criminal profiling) es una técnica de investigación utilizada en criminalística y criminología que trata de crear tipologías y perfiles en la resolución de crímenes en los que se desconoce al responsable. Para el desarrollo de esta técnica, se obtienen diferentes fuentes de información, analizando la evidencia psicológica o conductual. Estas se pueden encontrar en la escena del crimen o no. El fin último es, según Vicente Garrido, profesor de criminología en la Universidad de Valencia, “describir, explicar y predecir las características de la persona que ha cometido un delito”. No obstante, tiene ciertas limitaciones ya que no es una ciencia exacta. Otro de los diversos usos que tiene esta técnica es la preparación de interrogatorios en función del perfil al que se enfrente el interrogador.

 

Generalmente es utilizada en casos sin resolver o en casos bloqueados en los que se necesita una visión diferente. El perfil es encargado por los investigadores y después se valora el informe final del perfilador para valorar la utilización o no de la información recabada en el proceso.

 

Ejercida por diferentes profesionales del campo de la criminología como psicólogos, psiquiatras, criminólogos, forenses, etc., comenzó a utilizarse de manera activa en los años 70 por un agente del FBI llamado Howard Teten, quien escribió el libro “Criminología Aplicada”, y junto con su compañero Pat Mullany impartieron clases sobre criminal profiling por todo Estados Unidos hasta 1978.

 

Al comienzo, esta técnica no gozó de buena reputación ya que la forma en que se perfilaba era casi intuitiva y poco científica, pero con el paso del tiempo y la aplicación de métodos estadísticos ha obtenido un alto valor para muchas de las fuerzas de seguridad, especialmente en Norteamérica. En España se utiliza con muy poca frecuencia, ya que no ha habido nunca un gran interés por ella, aunque existen agencias que se dedican a esta labor y asociaciones como la Sociedad Española de Investigación de Perfiles Criminológicos, que se promueven la perfilación criminal como técnica de investigación.

 

El método modelo-herida fue el precursor de esta técnica. Se diseñó en 1888 y se basaba en la relación que existe entre las características de las heridas sufridas por la víctima y su agresor, diseñando, según éstas, un perfil del criminal.

 

Uno de los primeros perfiles criminales que se llevaron a cabo fue el de George Metesky, conocido como “el loco de las bombas”, un delincuente que entre los años 40 y 50 colocó cerca de 37 bombas en estaciones y cines de Nueva York. El psiquiatra encargado de la investigación fue James A. Brussel y el perfil que predijo fue extraordinariamente preciso. Pudo saber hasta qué tipo de ropa solía usar. Cuando fue detenido toda su descripción se pudo comprobar al detalle.