Todo sobre los neumáticos

Los neumáticos son parte fundamental de tu coche. Al fin y al cabo, son los que tienen el contacto con la carretera y hay que cuidarlos. ¿Irías descalzo sobre un suelo con cristales o con una suela lisa sobre pavimento resbaladizo?. Pues con los neumáticos del coche, igual.

Antes de nada, asegúrate de que llevas los neumáticos correctos para tu coche. Si pones un neumático muy pequeño, el coche pierde estabilidad y si pones uno muy grande, simplemente puede que el coche no pueda circular porque no pueda girar correctamente. Siempre consulta con expertos si quieres más pulgadas de neumático y que te informen correctamente de la medida que tu coche necesita.

Comprobar la presión de las ruedas es algo fundamental. Pueden ser causantes de un accidente de tráfico y es tan sencillo comprobar la presión que es una temeridad jugársela por no hacerlo periódicamente. Es muy peligroso llevar una presión incorrecta. Seguramente conoces a alguien que lleva una presión alta para gastar menos combustible ya que tiene menos superficie de roce con el asfalto pero por eso mismo, el riesgo se duplica. Si tu coche tiene que tener un tanto por cierto de rueda en contacto con la carretera, reducirla conllevaría inestabilidad que puede llevar a tener un accidente. Por el contrario una presión muy baja aumenta significativamente el consumo de combustible además del desgaste en exceso lo que podría traer un reventón no deseado y el sabido accidente. Comprueba siempre las especificaciones de tu vehículo. La pegatina con las distintas presiones para una marcha normal o con el coche cargado, suelen venir en la puerta del conductor.
Se recomienda que al menos una vez al mes compruebes la presión de tus ruedas. Así también podrás detectar si una rueda pudiera tener algún escape.

Aunque en España no es muy habitual, lo cierto es que en según que zonas se aconseja variar los neumáticos de verano y de invierno. Los neumáticos de invierno tienen un perfil que ayuda a evacuar la lluvia y a lidiar con el hielo y la nieve.

Hay varios factores que tienes que tener en cuenta para cambiar tus neumáticos:
– Neumático esté pinchado
– Haber alcanzado el testigo de desgaste legal
– Neumático cristalizado por la falta de uso y el paso del tiempo
– Neumático con picados o dañado
– Desgaste anómalo, que puede deberse a una mala presión, paralelo estropeado, etc.

Si notas que una rueda se desgasta más que otra puede deberse a una presión incorrecta, a un golpe que puede haber abollado la llanta o a que tienes algo mal en el paralelo. Acude a un taller para que te den solución y puedas seguir circulando seguro.

 

TESTIGO DE DESGASTE

Si eres demasiado perezoso para llevar el coche al taller y que te informen de si tienes que cambiar los neumáticos, puedes comprobar tu mismo el nivel de desgaste. Todos los neumáticos cuentan con un testigo de desgaste. Es un taco de goma de 1,6mm de espesor que puedes ver en el fondo de las ranuras principales de la rueda. Cuando la goma llegue a ese nivel, es hora de cambiar las ruedas.
Si no encuentras el testigo siempre puedes usar el truco de la moneda. Si el borde dorado de una moneda de 1€ no cabe entera en la ranura de las ruedas, tienes que cambiarlas.